Automoción

El origen del código de circulación y de la señal de stop

William Phelps Eno nació en 1858, tres décadas antes de que se realizara el primer viaje en automóvil de la historia. Lo hizo, por cierto, una señora: Bertha Benz. Cuando era todavía un niño, presenció un atasco de carros y caballos y eso le dejó un poso que acabaría influyéndole años más tarde. Eno tiene mucho que ver con el origen del código de circulación y de la señal de stop.

A primeros del siglo XX, cuando él ya tenía edad para hacerse cargo de algunas responsabilidades, resultó que el tráfico comenzaba a ser un problema. Los carruajes eran todavía los vehículos más habituales, junto con los caballos, pero comenzaban a mezclarse con los que se movían a motor. No había límites de velocidad, exámenes de conducir o carriles pintados en las calles. En definitiva, lo que sí había era una invitación al caos.

El origen del código de circulación y de la señal de stop se lo debemos a William Eno, un hombre que nunca aprendió a conducir

En 1903 Eno escribió el primer código de circulación: Rules of the Road. Quizás llamarlo así sea un poco excesivo, pero lo cierto es que definió una serie de normas que permitían poner un poco de cordura en un desbarajuste que, con el tiempo, no haría más que empeorar si no se ponían medidas. Aquel primer trabajo estaba pensado para una ciudad: Nueva York. Posteriormente desarrolló proyectos semejantes para otras grandes ciudades, como París o Londres. De hecho, los franceses le concedieron la Cruz de la Legión de Honor por esta colaboración.

Con buen criterio, se basaba en unas pocas reglas sencillas y justas, que fueran entendibles por todos, fáciles de recordar, de aplicar y, por supuesto, útiles. De aquí vienen algunas cosas que todavía hoy, siglo y cuarto después, siguen vigentes. Por ejemplo, determinó que los vehículos debían moverse por su derecha (recuerden lo que supuso el cambio en la forma de conducir en Austria tras la anexión a Alemania en 1938). Creó las rotondas como forma de organizar los cruces y también pensó en los que no iban en coche por la ciudad, creando los pasos de peatones.

La construcción progresiva de la señal de stop actual

A Eno le debemos también uno de los símbolos más internacionales y presentes del mundo: la señal de stop. Es cierto que su diseño no era la forma octogonal del actual. Esto lo hizo antes incluso de escribir las normas básicas para Nueva York ya mencionadas. En el año 1900 publicó un artículo en el que lanzó esa idea al mundo. Una idea que arraigó como pocas.

El artículo se titulaba Reforming our Street traffic urgently needed (Reformar el tráfico de nuestras calles es una necesidad urgente), y ahí propuso poner señales en las intersecciones de las calles o caminos. La famosa señal de stop. Se tardó todavía mucho tiempo más en verlas por las calles. La primera se colocó en Detroit, la ciudad del automóvil durante décadas, en 1915. Bien es cierto que para entonces ya existían algunos semáforos que sobre la luz roja tenían impresa la palabra stop.

El stop pasó por el blanco y el amarillo antes de llegar al rojo

Aquel primer stop era un cuadrado de unos sesenta centímetros de lado, con fondo blanco y texto en negro. Este primer diseño comenzó a cambiar casi diez años después. En 1923 una entidad del valle del Misisipi propuso que las señales tuvieran distintas formas, donde el número de lados indicara la importancia o criticidad del aviso. Cuantos más lados, más peligro contenía la instrucción de la señal. Las circulares eran las más relevantes y el siguiente nivel era el octógono.

Pero todavía no era roja, como es en la actualidad. Ese color llegó al stop mucho más tarde. En 1935 un documento pensado para todo Estados Unidos determinó que el color sería fondo amarillo con letras negras. Como les decía antes, ya en algunos semáforos el color rojo se asociaba con el stop. Entonces, ¿por qué no eran rojas las señales de stop en ese tiempo? Sencillamente porque no se sabía cómo crear ese color con capacidad reflectante y que esa capacidad perdurara en el tiempo. Esto no se consiguió hasta finales de los años 40 y fue entonces, en 1954, cuando la señal de stop se hizo como la conocemos: octogonal, con fondo rojo y letras blancas.

Lo mejor de todo esto es que William Eno nunca condujo un coche. No sabía conducir y a pesar de ello creó el primer código de circulación e influyó en algo que casi todos hacemos a diario. Por otra parte, es cierto que se le atribuye el origen del stop, pero, como hemos visto, en realidad la señal se fue diseñando a lo largo de muchos años, así que Eno puso la idea inicial, pero muchos se ocuparon de mejorarla.

Manuel J. Prieto

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