¿Por qué llamamos «fontaneros» a los que arreglan los líos políticos?

No es nada nuevo que en España salgan en los medios cada cierto tiempo los trabajos, habitualmente turbios, que hacen los partidos políticos por debajo de la mesa. Se habla siempre de los fontaneros del gobierno o de uno u otro partido. El origen de esa denominación de “fontaneros” para este tipo de gente es curioso y diría que hasta divertido.

En junio de 1971 The New York Times comenzó a publicar los conocidos como Papeles del Pentágono. En ellos se demostraba que el gobierno de Estados Unidos había estado mintiendo a su país sobre la Guerra de Vietnam. Esos documentos, unos 7.000 folios, eran secretos y no debían ver la luz, ya que mostraban los engaños hechos al Congreso y a los ciudadanos del país. Miles y miles de páginas llenas de detalles que ponían en un aprieto a los presidentes anteriores a Nixon, pero fue este el que quiso atajar el problema.

El presidente no confiaba en el FBI de Hoover, así que decidió crear una nueva unidad para gestionar ese tipo de filtraciones de información.

El origen del término fontanero asociado a la política fue culpa de una abuela

David Young era un joven abogado que había trabajado en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, como asistente de Henry Kissinger. En el verano de 1971 lo llamaron para formar parte de una nueva unidad, en principio, secreta. Su cometido era acabar con esas fugas de información que estaban dejando a la vista de todos las trampas de los gobernantes.

Poco después de comenzar en su nuevo trabajo, Young coincidió con su abuela en la cena de Acción de Gracias. Le dijo que trabajaba en la Casa Blanca y, como es lógico, la abuela quiso saber más de lo que hacía allí, cerca del presidente. Young trató de dejar las cosas sin concretar, pero mentir a una abuela es un pecado mortal, así que tampoco se inventó algo falso. Le dijo algo como que estaba ayudando al presidente con algunas filtraciones (leaks).

La lógica aplastante de la abuela hizo que le respondiera: ¡Así que eres un fontanero! Al joven le hizo gracia la ocurrencia y decidió llevarla un paso más allá. En la puerta de su oficina, que era la sala 16 del Antiguo Edificio de Oficinas Ejecutivas (OEOB, Old Executive Office Building) de la Casa Blanca, puso un cartel: Los fontaneros.

El cartel no duró mucho, porque su función debía ser todo lo secreta que pudiera ser, y hacer ese tipo de gracias no ayudaba.

Lo que hicieron Young y sus compañeros encaja en lo que hoy asumimos que hacen los fontaneros políticos

Young codirigía la unidad junto con otro abogado, Egil Krogh, y también la formaban un ex agente de la CIA y un ex agente del FBI. Su primera acción fue destruir la reputación de Daniel Ellsberg, el activista que estaba entregando los documentos sobre Vietnam a la prensa.

El plan era entrar en la consulta del psiquiatra de Ellsberg y robar su expediente para buscar algún aspecto delicado que hiciera mella en su imagen pública. La operación fue una chapuza. Por cierto, parte de los miembros de Los Fontaneros participaron también más tarde en el Watergate, aunque Young no fue uno de ellos.

Tras salir a la luz y verse expuesto judicialmente, Young fundó en 1975 Oxford Analytica, una empresa de consultoría estratégica con especialistas en geopolítica y economía. Según su propia web trabajan con una red de 1.500 expertos y analistas. No está mal para un tipo que comenzó siendo fontanero.