El cambio en la forma de conducir en Austria tras la anexión a Alemania en 1938

El cambio en la forma de conducir en Austria tras la anexión a Alemania en 1938

En marzo de 1938 Alemania anexionó Austria. Este hecho es conocido como el Anschluss. El día 12 de ese mes las tropas del ejército alemán, la Wehrmacht, entraron en Austria. No hubo resistencia, sino más bien todo lo contrario. De hecho, el alemán Heinz Guderian, uno de los más famosos generales de carros de combate de la Segunda Guerra Mundial, fue llevado a hombros por las calles y perdió los botones de su abrigo. Esto último, probablemente, fue obra de algún avispado que quería un recuerdo del momento y aprovechó el tumulto para dar el tirón.

Aquello fue un cambio social y político impresionante para los austríacos, y un impulso moral para los alemanes. Pero hubo un problema inesperado que obligó a cambiar la forma de conducir en Austria. En gran parte de este territorio se conducía por la izquierda, como hacen hoy los británicos, entre otros. Los alemanes, por contra, lo hacían por la derecha. Esto dio lugar al caos, a discusiones, atascos y accidentes.

Todas las bajas alemanas en la anexión de Austria fueron causadas por accidentes, y algunas tuvieron que ver con la forma de conducir

Los alemanes no tuvieron resistencia por parte del ejército del país vecino. Por esto no es de extrañar que todas las bajas de estos fueran provocadas por ellos mismos. Accidentes de avión y de tráfico, como cuentan Julia Boyd y Angelika Patel en su interesante libro Un pueblo en el Tercer Reich (afiliado). Muchos de estos accidentes tenían como causa esa diferencia en el lado de la carretera por el que se conducía en cada país.

Los nazis, que no eran muy partidarios de que nadie les llevara la contraria, no tardaron mucho en imponer a los austríacos su forma de conducir. El cambio no era sencillo, y se fue propagando de forma escalonada. Piensen que había que cambiar señales y avisar a todos los conductores. Viena era uno de los lugares donde se circulaba por la izquierda, lo que provocó no pocos quebraderos de cabeza con sus tranvías. Aunque tuvieron seis meses para adoptar la modificación, que entró en vigor en septiembre de 1938, las dificultades no fueron pocas.

La red de tranvías de Viena tuvo que cambiar las paradas, las señales y las conexiones para adaptarse al cambio

La red de tranvías vienesa era una de las más extensas de Europa. La nueva situación obligaba a cambiar desvíos, paradas, señalización… En definitiva, un esfuerzo logístico mayúsculo. Además había que concienciar a todo el mundo, por lo que no se reparó en publicidad, que en muchas ocasiones se convertía en propaganda al ser la nueva forma de conducir un elemento más de unión con Alemania.

Los coches austríacos, no obstante, seguían teniendo el volante a la derecha, lo que hacía más complicada la conducción.

No fue este el único inconveniente curioso con el que topó la Wehrmacht. Hay muchos textos que tratan de los problemas logísticos y mecánicos que aparecieron en esos días. Pero hay un detalle interesante en un artículo de Der Spiegel publicado en 1988 y que trata sobre estos hechos de medio siglo antes. Menciona este medio que treinta y nueve tanques y otros siete vehículos blindados quedaron fuera de servicio porque repostaron en gasolineras austríacas. Allí servían combustible con un octanaje demasiado bajo para que los vehículos funcionaran correctamente.

Salvando las distancias, porque el tráfico ha ido aumentando con los años, se pueden hacer una idea sobre lo que hablamos con la siguiente imagen. Corresponde al 3 de septiembre de 1967 cuando en Suecia dejaron de circular por el lado izquierdo y pasaron al lado derecho.

Cambio de circulación en Suecia en 1967

Otra forma de causar el desastre en el tráfico es la que tuvo lugar en China, cuando casi cambió los semáforos para que el rojo fuera el color del avance. Es decir, en rojo había que moverse y en verde detenerse.


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