No es muy habitual que se hable en los medios de comunicación de suicidios, porque según parece una de las consecuencias es que el número de suicidios aumenta. No puedo decir cuánto hay de cierto o de exageración en esto, pero sí parece que algunos hay casos que llevan a pensar que el suicidio se contagia, de algún modo. Un caso famoso es el de Las penas del joven Werther, una novela de Johann Wolfgang von Goethe. Tanto es así que dio lugar a un término propio, el Efecto Werther. Pero como vamos a ver, el mito del Efecto Werther y los suicidios por imitación no está comprobado.
Ojo, sólo hablamos del caso de la obra de Goethe que tiene a Werther como protagonista, pero que curiosamente da nombre a esa tendencia a suicidarse por mimética, por imitación. No piensen que esto ocurre únicamente con la literatura, recuerden si no la canción húngara del suicidio.
El mito del Efecto Werther y los suicidios por imitación están unidos en la cultura popular aunque los datos apuntan en otra dirección
Goethe publicó Las penas de joven Werther en 1774 y la narración de esta novela epistolar ocurre en esa época. En ella, Werther es un joven enamorado cuyo amor no es correspondido, aunque hay otras mujeres que lo adoran. Es imposible seguir con esta curistoria sin desvelar el final de la historia, lo lamento. Werther se suicida disparándose en la sien. De aquí salió una ópera, compuesta de Massenet, y Werther es hoy un icono cultural.
La novela tuvo mucha influencia no sólo en la serie de suicidios que generó, sino también en el mundo de los colores. Los hombres vestían como Werther, combinando dos colores que hoy siguen siendo un clásico. La combinación de azul y amarillo que llevaba Werther el día que baila por primer vez con Charlotte, la repite el día que se suicida. El chaleco amarillo y la levita azul crearon un canon en el mundo de la elegancia masculina. Todavía en nuestros días lo podemos ver, como en la siguiente imagen, de una película de Disney.
Pero lamentablemente se dice que la influencia de Las penas de joven Werther no quedaron tan sólo en el mundo de las vestimentas masculinas. El suicidio del protagonista también creó escuela. Como les decía, tanta es la influencia cultural de la obra que se dio por hecho que se suicidaban mucho jóvenes por imitación. La creencia llegó a preocupar seriamente a la sociedad de la época.
La obra de Goethe llegó incluso a prohibirse en varios países
Los jóvenes lectores, fascinados por el amor de Werther y por su tráfico final, decidieron en algunos casos conducirse del mismo modo y quitarse su vida ante un amor no correspondido. Se puede leer en muchos sitios que unos 40 suicidios fueron atribuidos a la influencia de la obra de Goethe. Esto hizo que en algunos países se prohibiera el libro, como fue el caso de Italia, Alemania o Dinamarca.
Pero el mito del Efecto Werther y los suicidios por imitación no parece del todo cierto. En 2010 se publicó un artículo de investigación escrito por dos autores suecos, Jan Thorson y Per-Arne Öberg, titulado Was There a Suicide Epidemic After Goethe’s Werther?, que pone el Efecto Werther en entredicho. En este otro artículo, en este caso de Michael Gratzke, pueden leer sobre el tema.
Estos estudios concluyen que no hubo tanto suicidios tras la publicación del libro como le atribuye la cultura popular. Como otras muchas veces, ya importa poco la realidad de lo que sucedió y el nombre de Werther ha calado en el mundo. El impacto cultural del libro fue enorme en sus días y la cola de aquel gran cometa todavía tiene cierto influjo. Tanto es así que un influyente artículo de 1974, escrito por David Phillips, y que trataba sobre el tema, cogió el caso de la novela de Goethe como ejemplo dio nombre al Efecto Werther, apuntalando la idea.