Es recurrente escuchar, a menudo como excusa, aquello de que todos cometemos errores y que nadie es infalible. Frente a esto, el Concilio Vaticano Primero determinó, en julio de 1870, que algunos dogmas papales eran infalibles ya que el Papa en cuestión los emitía inspirado por el Espíritu Santo. No
Seguir leyendo