Hace unas semanas este blog cumplía 17 años. Y en una de las primeras entradas de ese 2006 les habla del Teléfono Rojo que comunicaba la Washington con el Moscú. El otro día, escuchando La Cultureta, un programa que ya les he recomendado otras veces, me enteré del primer texto que se transmitió por ese canal, que tiene mucha lógica. Y digo canal porque el Teléfono Rojo nunca ha sido un teléfono. Más bien era un aparato como el de la foto.
Después de la Crisis de los Misiles de Cuba, Estados Unidos y la URSS, los dos países que dividían parte del mundo en la Guerra Fría, decidieron que era necesario un medio de comunicación rápido y seguro entre ellos. Por el bien de todos. Y crearon el que conocemos en la cultura popular como Teléfono Rojo, que en realidad era una línea de teletipo cifrado. En definitiva, decidieron que era mejor comunicarse por escrito, que tiene sus ventajas. Por ejemplo, evita errores de interpretación y hasta calentones. Lo que nosotros conocemos como Teléfono Rojo, para los estadounidenses es la Línea caliente Washington-Moscú (Washington-Moscow Hotline)
El cable de comunicaciones inicial iba de Washington a Londres, y seguía por Copenhague, Estocolmo, Helsinki y de ahí a Moscú. Lo pagaban a medias ambos países y crearon otros medios de soporte para utilizar en caso de problemas con esa línea. Los terminales a cada lado eran capaces de imprimir tanto caracteres latinos como cirílicos. La idea era que cada país pudiera escribir en su propio idioma y luego traducir. Es obvio que cualquier error o malentendido podría tener consecuencias graves. Recuerden el caso del desastre de los ingleses hablando latín en las guerras bóer.
Los rusos tenían un terminal en Moscú, que se sepa. Los norteamericanos, por su parte, tenían uno en el Pentágono, otro en la Casa Blanca y uno más en un centro militar Montaña de Raven Rock, en Pensilvania.
El primer mensaje que se envió por aquella línea parece sacado de una película cómica. Desde Estados Unidos se envió hasta la URSS:
THE QUICK BROWN FOX JUMPED OVER THE LAZY DOG’S BACK 1234567890
Es decir:
El rápido zorro marrón saltó sobre la espalda del perezoso 1234567890.
No había en aquel mensaje nada oculto, ninguna clave, en contra de lo que pudiera parecer a primera vista. Se usó esa frase porque contiene todas las letras de su alfabeto (para el nuestro faltaría la Ñ), que junto con los números del final del mensaje permitían probar que cualquier carácter alfanumérico se transmitía sin problema.
Los rusos respondieron con una descripción poética del atardecer en Moscú.
Esa línea de comunicaciones se ha usado, al menos, en los siguientes casos:
Con el tiempo se fueron modernizando los medios. Se pasó por el FAX, el satélite, nuevos teletipos más modernos, ordenadores… Pero nunca fue un teléfono. Ni rojo ni de otro color. Hoy se utiliza en mail como elemento seguro, aunque se pueden mantener conversaciones y hasta videoconferencia entre unos y otros. No obstante, estas capacidades de voz e imagen no se consideran parte de esa hotline.
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