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Sabias lecciones dadas por Calígula

Busto de Calígula
(Busto de Calígula)

Cayo Julio César Augusto Germánico es un nombre tan romano que ya les sitúa en el contexto histórico de esta curistoria, que por concretar, les diré que tiene lugar entre el año 37 y el 41, cuando Calígula ostentaba el título de emperador. Pocas historias o leyendas hay que hablen de Calígula desde el lado positivo y siempre se incide en su locura y crueldad. También en Curistoria en otras ocasiones hemos pisado ese camino, pero hoy toca hablar de él desde otro punto de vista.

Tras leer lo que sigue, si fuera otro y no Calígula hablaríamos de sabiduría y de acierto a la hora de dar una lección, pero como el protagonista es quien es, acabaran pensando en lo cruel que era, a pesar de todo.

Al parecer Calígula era muy fan de algunos artistas y cuando así era, los defendía y protegía con toda su alma. Besaba a los artistas tras el espectáculo, los adulaba, y si alguien molestaba o interrumpía mientras estaban en escena o danzando, se enfadaba el emperador con vehemencia.

En una ocasión, durante uno de esos espectáculos de un artista al que Calígula admiraba, un caballero no paraba de hablar y alborotar. Al punto avisó el emperador a un centurión y, entregándole una carta que acababa de escribir en aquel mismo momento, le pidió que se la diera a su vez al alborotador. Este debía llevar la carta, por orden del emperador, al rey Ptolomeo de Mauritania y entregársela en mano. Lógicamente el alborotador se sabía marcado y era consciente de que había ofendido al emperador al interrumpir el espectáculo.

Por lo tanto, parece lógico que el pobre hombre pasara todo el viaje, largo viaje, pensando en qué le esperaría una vez que llegara frente al rey de Mauritania y qué habría escrito en la carta. Quizás en ella estaba su futuro, que seguramente no sería favorable por haber alborotado un espectáculo. Maldita la hora.

Ya en su destino entregó la carta, cuyo texto decía “No haga nada, ni bueno ni malo, a este que aquí te mando”. Es decir, no habría graves consecuencias para el hombre, pero seguro que había pensado mucho sobre lo que se debe hacer y no hacer en un espectáculo.

Cuenta esta historia Suetonio y, como decía, siendo Calígula el protagonista verán ustedes crueldad y abuso de poder. Si fuera otro, hablaríamos de lección dada con sabiduría.

Fuente: Gabinete de curiosidades romanas, de J.C. McKeown

Ver comentarios

  • Excelente! Yo tenia la version de que el mensaje decia: "Por favor envie al portador de este mensaje de vuelta a Roma"... (palabras mas o menos). Igualmente, teniendo en cuenta el tiempo que insumia el viaje, el equite tuvo tiempo de pensar... bastante! Abrazo y Muchas Gracias!!!

  • De este personaje seguro que hay innumerables curistorias. La de nombrar a su caballo "incitatus" cónsul, asignarle 18 sirvientes e incluso casarlo con una bella mujer de clase alta quizás sea la más famosa.

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