El rey francés que murió por culpa de un cerdo

El rey francés que murió por culpa de un cerdo

Seguro que conocen el sentido de la frase: a rey muerto, rey puesto. Que viene a ser similar a: el rey ha muerto, ¡viva el rey! Ya saben, durante siglos era inconcebible que el trono quedara vacante y por ello, tan pronto como un rey moría, su sustituto se convertía en rey. El sustituto solía ser el hijo primogénito, si este seguía vivo. Porque a veces la muerte llegaba de forma rara y sorpresiva y a uno que no iba a ser rey, le cambiaba la vida de arriba a bajo. Así ocurrió con el rey francés que murió por culpa de un cerdo.

El rey francés que murió por culpa de un cerdo había sido coronado aún con su padre vivo, pero murió antes que este

Que la corona pasara al hijo primogénito, o la hija en algunos casos, obligaba al resto de hijos a pensar en otras salidas para su vida. Pero como ya cantaba Rubén Blades: la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Y los primeros números en la lista de sucesión a un trono deberían estar listos siempre para ocuparlo, porque nunca se sabe.

Si no me creen, recuerden la historia de nuestro actual rey emérito, Juan Carlos I. Era el segundo el segundo hijo de su padre, pero el primer hijo varón. Tenía un hermano, menor que él, al disparó accidentalmente y lo mató. En este caso no cambió el destino del trono, pero podría haberlo hecho. Casos similares hay unos cuantos. Algunos tan trágicos como este de la corona española en el siglo XX, y otros menos trágicos, por la situación y por la distancia que da el tiempo.

Uno de esos casos es el que llevó al trono de Francia a Luis, segundo hijo del rey Luis VI, apodado el Gordo. Lógicamente, este Luis heredero fue Luis VII de Francia y había nacido en 1120. Para entonces su hermano mayor, Felipe, tenía ya cuatro años. Era Felipe el destinado al trono y hasta llegó a ser coronado, en 1129, para asegurar así la continuidad de la dinastía de los capetos en el trono francés, aunque su padre seguía vivo y seguía siendo el rey.

Un accidente en la calles de París cambió el destino de toda Francia

Pero la vida te da sorpresas, a veces en forma de cerdo. Iba Felipe de Francia, cuando tenía 17 años, montado a caballo por una calle de París, cuando un cerdo se cruzó en el camino de su caballo e hizo que este se asustara y se encabritara. Cayeron al suelo la montura y el rey, y del topetazo el pobre Felipe quedó cubierto de sangre y malherido. Perdió en conocimiento y quedó en lo que supongo que hoy calificaríamos como estado de coma. Era octubre de 1131.

Felipe no se recuperó del golpe y al poco tiempo abandonó este mundo. Su hermano Luis, que estaba orientado a tener una vida religiosa, se convirtió al momento en el heredero del trono. Se casó por la mítica Leonor de Aquitania, si bien su hijo Felipe Augusto, que fue quien lo sucedió como rey, nació de su matrimonio con Adela de Champaña.

Se ha hablado durante siglos de lo indigna que fue aquella muerte, causada por un animal doméstico. Por un cerdo. Mala suerte sin más, diría yo. Porque ya puestos a analizar muertes raras para un rey, les recuerdo que han muerto más reyes franceses por el tenis que por la guillotina.

Arriba pueden ver una foto del accidente del rey, su caballo y el gorrino, tal y como se hacían las fotos en aquella época. Aunque es una foto que se hizo en un manuscrito unos 2 siglos más tarde, así que es una foto en diferido. Por cierto, esta historia del rey francés que murió por culpa de un cerdo la conocí gracias al libro del que les hablaba ayer: Lobas, de Helen Castor.

2 comentarios en “El rey francés que murió por culpa de un cerdo”

  1. Carlos Fisas cuenta en «Mis anécodtas favoritas» que a partir de la muerte de Felipe, su padre prohibió que vagaran cerdos por las calles de París, excepto los cerdos de la abadía de Saint Antoine porque éstos se consideraban especiales.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.