Estoy escribiendo esto el día de Santiago, 25 de julio. Santiago el Mayor fue uno de los apóstoles y es el patrón de España. En un par de días, el 27 de julio, es el aniversario de la muerte de Jaime I el Conquistador, y la curistoria de hoy une esas dos cosas de una forma llamativa. Jaime I el Conquistador se llamó así por una vela a Santiago apóstol, una vela que tardó en apagarse más que otras.
El rey Jaime I el Conquistador murió en el año 1276, un 27 de julio, como decía. Y había nacido en 1208. Era hijo de Pedro II de Aragón y María de Montpellier. En 1213 murieron su madre, en abril, y su padre, en septiembre. Por ello fue rey de Aragón desde los 5 años, aunque al principio hubo una regencia. Pero, en cualquier caso, lo que nos interesa ocurrió cuando aún era un bebé.
Hubo unos cuantos líos tanto en su concepción como durante su niñez. Sus padres no se llevaban bien y hasta asegura la leyenda que Pedro II de Aragón fue engañado para ir a la cama con su esposa, porque en realidad pensaba que estaba con otra dama. Sólo así consiguió María de Montpellier quedar en cinta.
Según la tradición, el recién nacido debería haberse llamado Alfonso, como su abuelo paterno, que no fue otro que Alfonso II de Aragón. Pero esas malas relaciones entre sus padres hicieron que se descartara el nombre. Ante la duda, la reina pidió que se encendieran 12 cirios, cada uno de ellos con el nombre de uno de los apóstoles. Aquel cirio que durara más tiempo encendido, sin consumirse, le daría el nombre al niño.
Si lo pensamos, aunque eran 12 (supongo) en realidad se jugaba la partida entre 10 nombres. Porque entre los 12 apóstoles había 2 Santiago y 2 Judas. Podría haber metido también en la puja a los padres apostólicos, para tener más opciones. Eso sí, el apóstol que resultara vencedor, debía además proteger al niño.
El último cirio en consumirse o apagarse fue el de Santiago el Mayor, y por eso el futuro rey de Aragón, de Mallorca y de Valencia, además de conde de Barcelona y de Urgel y señor de Montpellier, se llamó Jaime. Porque Santiago es lo mismo que Jaime, y que Jacobo, que Jaume, Jacques, James… y de ahí vienen también Diego, Tiago y alguno más. Santiago es en realidad San Tiago, y ese Tiago acabaría derivando en Diego.
El nombre de Jaime no tenía precedente entre los reyes de Aragón. Pero tras él, su hijo sería señor de Montpellier y rey de Mallorca con el nombre de Jaime II. Y luego habría más reyes con ese nombre.
Vista la repercusión de Jaime I el Conquistador en la historia, quizás no sea mala idea poner cirios a los apóstoles y nombrar a los niños con el nombre del último cirio en apagarse. Supongo que si ellos esperaban que Santiago protegiera al niño, podríamos esperar lo mismo. Y viendo el resultado, no le fue mal con aquel Jaime I el Conquistador.
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