El blog va acumulando entradas sobre determinados temas, sin que haya un propósito real para hablar o volver a cada uno de ellos. Ya saben que Curistoria es ecléctico por naturaleza. Este mes de febrero ha cumplido 16 años y son ya tantas las entradas que es normal esa vuelta a determinadas cosas, como digo. Y volvemos hoy a historias como la de la Paris-Rouen, la primera carrera de coches de la historia, o el Ford V-8 de Bonnie y Clyde y la carta de agradecimiento que enviaron por lo bien que iba el coche. Vamos a hablar de Ray Harroun, el piloto que ganó las 500 millas de Indianápolis al usar espejo retrovisor.
El piloto que ganó las 500 millas de Indianápolis al usar espejo retrovisor, era el único que lo había incorporado al coche y así podía prescindir de acompañante
Harroun fue un estadounidense nacido en 1879 que casi alcanzó los 90 años de vida. Podríamos decir que fue un piloto de carreras, que lo fue, pero se suele decir más de él que fue un ingeniero, un innovador o un inventor. Diseñó algunos coches de carreras en los primeros años del siglo XX, y algunos incorporaron avances revolucionarios en su momento.
Durante la primera década del siglo XX Harroun competía ya en carreras de coches y en 1911 venció en la carrera de coches por antonomasia, las 500 millas de Indianápolis. Y esto lo hizo pasar a la historia porque aquella era la primera edición. El 30 de mayo de 1911 Harroun se impuso a los demás pilotos en aquel estreno de la carrera de coches más famosa del mundo. Su velocidad media para vencer fue poco más de 120 kilómetros por hora, que no está mal para aquellos coches y una pista de adoquines, no de asfalto.
Podríamos decir que era piloto a tiempo parcial, porque en realidad trabajaba para el fabricante de coches Marmon Motor Car Company. Él mismo había trabajado en el diseño del Marmon Wasp, su coche, que llevaba el apellido de Wasp (avispa en inglés) por su colores, negro y amarillo. Por cierto, les recuerdo una entrada que cuenta que los Ferrari son rojos porque son italianos.
Harroun había tomado la idea de un coche de caballos
Por si alguno no lo conoce, el circuito de Indianápolis es un óvalo de unos 4 kilómetros de largo al que se dan 200 vueltas en esa carrera de 500 millas. Es decir, 800 kilómetros de carrera en los que únicamente se gira a la izquierda. Siempre al mismo lado. Son 800 giros a la izquierda antes de llegar al final.
En 1911 era habitual que en la carrera fueran dos personas en el coche, el piloto, y un mecánico que tenía un cometido importante, contarle al piloto lo que pasaba tras él. Lo que hacían los coches que le perseguían. Pero a Harroun se le ocurrió que podía poner un espejo en su coche y poder ver qué ocurría detrás. Esto haría que pudiera prescindir de su compañero. Según parece, Harroun había visto en Chicago un coche de caballos con espejo retrovisor y eso le dio la idea.
Así se incorporó el espejo retrovisor a los coches. Y así se ganó la primera carrera de las 500 millas de Indianápolis. Como en el caso del origen de los Mercedes-Benz color plata, los Silver Arrows, que quitaron la pintura para bajar el peso del coche, sin esa persona a bordo el Wasp podía correr más al tener menos peso. Sólo ese coche competía sin acompañante, sin copiloto.
La ventaja se puede calibrar mejor si tenemos en cuenta que el Wasp salió de la posición 28. Es la posición más retrasada desde la que ha salido nunca un ganador de la carrera, aunque Louis Meyer, que ganó en 1936, arrancó desde la misma.
No sería justo acabar esta historia sin mencionar a Cyrus Patschke, el piloto de relevo de Harroun. Patschke condujo el Wasp durante 80 millas en la carrera de aquel 1911, así que algo de mérito bien merece.
He conocido esta historia leyendo El nuevo Barnum, de Alessandro Baricco, que acabo de comenzar pero que me está pareciendo magnífico.