Me habían recomendado la novela Hamnet, de Maggie O’Farrel y la leí hace unos días. Y, como si de un esquema de Ponzi se tratase aunque en su lado bueno, que así funciona el boca a oreja, me planto aquí esta mañana de sábado a repetir ese acto. A recomendarles la novela Hamnet, de Maggie O’Farrel. También les hablaré de Roma, de mapas o de urbanismo. Pero vayamos por partes.
O’Farrel parte de algunas teorías o mas bien lagunas e inventa una historia magnífica sobre la vida de Shakespeare, al que no se menciona en ningún momento de la novela, antes de las notas finales. Y lo mejor no es la historia, lo mejor es como la cuenta. En algunos pasajes emociona, algo muy complicado de hacer, creo yo. A veces se discute sin sentido sobre literatura de alto nivel y literatura de género. Paparruchas. Este Hamnet barre esas bobadas y hace literatura de alto nivel con una novela en la que la historia, la vida en el pasado, concretamente, es esencial.
Maravillosa en cuanto a los personajes, cómo piensan y qué sienten. Maravillosa en cuanto a la recreación histórica. Maravillosa en cuanto a moldear un hecho histórico con gusto, rellenando las lagunas y componiendo una bloque sólido. En definitiva, maravillosa.
Por cierto, el algoritmo que analiza el texto que escribo para este blog y que da avisos antes de publicar sobre la calidad de lo escrito, me dirá que en el párrafo anterior he comenzado varias frases con las mismas palabras y eso es algo que se desaconseja. Es cierto que no suele ser buena idea, pero en este caso habrá que decirle lo siguiente a ese algoritmo de modo algo despectivo antes de darle a publicar sin cambiar nada: maravilloso.
Hamnet está publicada por Libros del Asteroide y traducida por Concha Cardeñoso, y harían bien en comprar esta novela y leerla porque lo merece. Tengo la costumbre de apuntar todos los libros que voy leyendo, y además de la fecha, el origen del libro, el género, si lo leí en español o en inglés y alguna cosa más; les doy una calificación. Les diré que Hamnet ha merecido una puntuación alta, que no tiene otro valor que mi criterio, es cierto. El anterior libro a ese nivel fue El infinito en un junco, y hace ya muchos meses de esta lectura.
Por otra parte, hace unos días publiqué una entrada sobre cuántos emperadores romanos fueron asesinados. Les destripo el final por si no la leyeron: muchos. Y aprovecho esta entrada multitemática de sábado para abundar en la idea y completarla con un enlace a una entrada en Magnet con el mapa que ilustra dónde nacieron y murieron todos los emperadores romanos. Es interesante. Y ya que estamos, les adelanto también que estoy leyendo en estos días El último asesino, escrito por Peter Stothard, del que les hablaré con detalle otro día. Pero cuando vayan a la librería a comprar Hamnet, llévense también este. No se arrepentirán.
Esta segunda hoja del sábado gira en torno a mapas, parece. Además de ese mapa sobre los emperadores romanos, les traigo también un vídeo con la evolución del mapa europeo durante los últimos 2.400 años. Cómo han ido naciendo y muriendo países, reinos y estados. De fondo, en eso son poco originales, la música que Hans Zimmer compuso para Gladiator.
Y antes de acabar, les recomiendo el trabajo del Dr. Dominic Royé sobre la antigüedad de las construcciones de algunas ciudades. Si buscan en Twitter verán que su idea, gracias a que ha compartido el código, ha hecho que el ejercicio se repita para muchas localidades. Visualmente bonito e informati vo. Miel sobre hojuelas. La siguiente imagen es un ejemplo sobre esos mapas de evolución urbanística de las ciudades. Es Valencia y los colores cálidos corresponden a las construcciones más antiguas y los fríos a las más recientes.
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