Este fin de semana leía en un tweet del historiador y escritor José Soto Chica una comparación entre las muertes en el día D y en la batalla del río Frígido. Y eso me trajo a la memoria una antigua entrada que escribí sobre las muertes de los soldados en las guerras de EEUU y las muertes de los presidentes que titulé ser presidente en EEUU: Un trabajo de riesgo. Y también me recordó una información que está en el libro de Infografías de la Antigua Roma sobre los emperadores, su carrera y la muerte de cada uno de ellos. Así que hoy responderemos a la pregunta de cuántos emperadores romanos fueron asesinados.
Los tweets de José Soto decían que en la playa de Omaha el día D, no en el día D en general sino tan sólo en aquella playa, desembarcaron 34.250 hombres y murieron 1.465. Fue una de las más sangrientas para los norteamericanos, y la tasa de muerte era del 4,3%. Soto menciona el 4,2%, pero redondeando es más correcto el 4,3%, aunque es un detalle sin importancia. Porque compara esta batalla del siglo XX con una del año 394, la batalla en el río Frígido. Los federados godos al servicio de Teodosio I tuvieron unas 10.000 muertes en un día de aquel septiembre en lo que hoy es Eslovenia. Eso hace que en el lado oriental del imperio la tasa de muerte fuera de en torno al 50%. Una barbaridad.
La pregunta de cuántos emperadores romanos fueron asesinados tiene como respuesta rápida: casi la mitad
Esos 10.000 hombres combatían por Teodosio I que, por cierto, murió de muerte natural. Fue uno de los 31 emperadores que murieron por causas naturales según el libro de infografías de Roma del que les hablé hace unos días. En él tienen en cuenta 92 hombres entre Julio César y Anastasio I, ambos incluidos. El primero murió en marzo del año 44 a.C. y el segundo en el año 518. En esos 5 siglos y medio largos hubo 92 emperadores y todos acabaron muertos. Esto no es sorpresa, pero sí cuántos emperadores romanos fueron asesinados.
De los 92 hubo 31, esto es un 34%, que no llegó a un año en el puesto, lo que ya nos da una pista de lo complicado que era mantener el poder y la vida cuando uno era emperador en Roma. Pero vayamos a la muerte. Los datos que figuran en el libro, en un formato mucho más creativo que este mío, son los siguientes:
- Muertos por causas naturales – 31, que sería uno de cada 3, aproximadamente.
- En combate – 9, que sería un 10%, esto es, uno de cada decena.
- Por causa desconocida – 6, que para todo lo que se sabe de Roma, no es un número menor. Aunque supongo que en muchos casos hay teorías plausibles.
- Muertos por suicidio – 6, de los cuales en el libro marca 2 casos como suicidios forzosos. Por lo tanto, esos dos podríamos sumarlos en cierta medida a los asesinados.
- Asesinados – 40, lo que viene a ser un 43%. No está muy lejos de la probabilidad de muerte en el lado godo de la batalla de río Frígido de la que hemos hablado. Y hemos dicho que aquello era una barbaridad.
Comparado con ser emperador, ser presidente de Estados Unidos no es arriesgado, y menos ser soldado de este país
Seguro que hay algún caso en el que la causa de la muerte no está clara y los datos podrían variar un poco. Pero en cualquier caso podemos decir que más de 4 de cada 10 emperadores romanos durante más de 5 siglos, fueron asesinados. De ellos, de esos 40, 21 murieron víctimas de un complot, 10 acabaron a manos de su guardia pretoriana y otros 9 asesinados por sus tropas. Y esto sin sumar esos 2 suicidios forzosos. Qué cierto era aquello del memento mori.
Frente a Roma y retomando los datos de la entrada que escribí en abril de 2009 en la que decía que ser presidente en EEUU es un trabajo de riesgo, es obvio que era más peligro ser emperador romano. De hecho, hace 12 años, cuando lo escribí, la probabilidad de morir durante la presidencia era un poco superior al 9%. Hoy ha bajado porque han pasado varios presidentes de por la Casa Blanca y ninguno de ellos ha sido asesinado.
En esa misma entrada decía que era más peligroso ser presiente de aquel país que soldado bajo su bandera, y daba algunos datos. En la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, murió el 2,52% de los solados estadounidenses que combatieron. Viendo este dato, el 4,3% del día D en Omaha que comentaba José Soto Chica es ciertamente un número elevado.