El hotel con dos fachadas para no preguntar a Stalin cuál le gustaba

El hotel con dos fachadas para no preguntar a Stalin cuál le gustaba

En Moscú, en el centro, hay un hotel que está a pocos pasos del Kremlin o de la Plaza Roja y por lo tanto de la catedral de San Basilio. Hoy es el hotel Four Seasons de Moscú, y es una construcción nueva. Aunque se construyó sobre el hotel Moscú, tras derruirlo, y replicó su fachada. Esta nueva obra tuvo lugar en este siglo XXI, pero el hotel Moscú es de mucho antes, de finales de los años 30 del siglo XX. Y era el hotel con dos fachadas para no preguntar a Stalin cuál le gustaba. O al menos eso dice la leyenda.

El hotel con dos fachadas para no preguntar a Stalin cuál le gustaba, era uno de los símbolos del Moscú

Stalin se preocupó de acumular todo el poder posible en la Unión Soviética. Implantó, además, un método de purgas y terror frente a cualquier disidencia que tenía a media Europa amedrentada. No sólo en Rusia su voz era el mando, sino que los comunistas de medio mundo podía caer o morir según lo que indicara Stalin.

La conocida como Gran Purga de Stalin, o el Gran Terror, esquilmó su propio partido, su gobierno y su país, pero también a líderes comunistas de otros muchos lugares. Se estima que en la década de los años 30, la NKVD acabó con casi 700.000 compatriotas. La NKVD, siglas del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos y que más tarde daría lugar a la KGB, era la policía secreta de Stalin, que sirvió de brazo ejecutor para su purga. Ni siquiera estar en la alta jerarquía del partido o del ejército era garantía de estar a salvo. Sin ir más lejos, Stalin arrestó y en algunos casos ejecutó al 90% de los generales.

En esta situación no es de extrañar que muchos pensaran que cuanto menos se expusiera uno a Stalin, mejor le iría. En los años 30 se puso en marcha el hotel Moscú, en la plaza Manézhnaya, el primer gran hotel de los soviets. Siendo una construcción relevante, Stalin era informado de la evolución de las obras y se le pedía opinión. Tanto es así que a Stalin se le entregaron dos planos para la fachada, con el objetivo de que él indicara cuál debía llevarse a cabo. Era 1931 y el arquitecto Alexei Shchusev era el último responsable ambas versiones.

Shchusev, por cierto, diseñó otros importantes edificios rusos, entre ellos, el Mausoleo de Lenin. Y el hotel Moscú eran tan importante que hasta apareció en los sellos, como en la imagen de arriba.

Stalin firmó en los planos en un punto que no dejaba clara su preferencia sobre dos propuestas y decidieron hacer las dos antes de preguntar

Esas dos versiones de la fachada del hotel Moscú, lógicamente, tenían sus diferencias y estaban impresas sobre un mismo papel, una junto a la otra, para que se pudieran comparar con facilidad. Una línea separaba ambos planos y directamente sobre esa línea fue donde firmó Stalin. ¿Cuál había elegido el líder como versión definitiva? Imposible saberlo sólo con aquello, con su firma sobre el plano.

Lo más razonable sería haber preguntado directamente a Stalin cuál había elegido, pero ya hemos comentado que la gente trataba de exponerse poco. Nadie se atrevía a preguntar y los arquitectos y responsables del proyecto tiraron entonces por una decisión salomónica. Cada parte de la fachada sería hecha de acuerdo a una de las versiones. Las dos alas externas del edificio serían diferentes Así, los dos planos se daban por buenos.

La parte derecha era algo más austera, mientras que la izquierda sí que lucía adornos y tenía muchos más elementos decorativos. Las dos fueron construidas y así lució el hotel durante décadas, y así sigue.

Como les decía, el hotel Moscú del siglo pasado es hoy el Four Seasons, y aunque fue reconstruido sobre su antecesor, decidió mantener esas dos versiones de la fachada. Quién sabe si aún, en plenos años 2000, lo hicieron porque seguían temiendo a Stalin.

También puede ser que todo esto sea una leyenda urbana que, eso sí, encaja en la realidad de la Rusia de Stalin. Tanto miedo había entonces, que tras la muerte de Stalin, como ya les conté en otra ocasión, nadie se atrevió a entrar en su habitación para ver por qué tardaba tanto en despertar. En realidad, llevaba muerto horas.

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