Hace pocos días, el 10 de febrero, se celebraba el aniversario de la batalla de Krasni Bor, en la que participaron los españoles de la la 250.ª División de la Wehrmacht, la conocida como División Azul. Este fue uno de los hechos de la Segunda Guerra Mundial con españoles de por medio, que tampoco fueron muchos. Algo lógico ya que el 4 de septiembre de 1939, tan sólo 3 días después de que Alemania invadiera Polonia, Franco determinó que España era neutral. Esto es de sobra conocido, pero lo que no es tan conocido es el sorprendente mensaje de paz de Franco al inicio de la 2ª Guerra Mundial.
El sorprendente mensaje de paz de Franco al inicio de la 2ª Guerra Mundial tenía como fundamento, a sus ojos, la experiencia de la Guerra Civil Española
El 3 de septiembre de 1939, Franco lanzó un mensaje pidiendo paz, cuando la Segunda Guerra Mundial no había hecho nada más que empezar y aún quedaban cinco años largos por delante de horrores y muerte. El mensaje se emitió por radio y en general español advertía del desastre que se avecinaba y hablaba de «una catástrofe sin antecedentes en la historia«. Pedía poner fin a la guerra casi antes de que comenzara. El texto exacto del mensaje es el siguiente (las negritas son mías):
Con la autoridad que me da el haber sufrido durante tres años el peso de una guerra para la liberación de mi Patria, me dirijo a las naciones en cuyas manos se encuentra el desencadenamiento de una catástrofe sin antecedentes en la Historia, para que eviten a los pueblos los dolores y tragedias que a los españoles alcanzaron, no obstante la voluntad y limitación en el empleo de los medios de destrucción, horrores que serían centuplicados en una nueva guerra.
En de gran responsabilidad extender el conflicto a mares y lugares del foco actual de la guerra, sin razón imperiosa que lo justifique. Su extensión, sin beneficio para los beligerantes, produciría hondísima e insuperable perturbación en la economía del mundo, pérdidas incalculables en sus riquezas y la paralización del comercio, con grave repercusión en el nivel de vida de las clases humildes. Cuanto más se amplíe la contienda, más se siembran los gérmenes de futuras guerras.
En estas condiciones, apelo al buen sentido y responsabilidad de los gobernantes de las naciones para encaminar los esfuerzos de todos a localizar el conflicto actual.
Más allá de buenas intenciones, el mensaje de paz de Franco tenía ciertas intenciones políticas y geoestratégicas
Es un mensaje que podríamos considerar de sentido común y de alguien preocupado por la paz, por la economía internacional y por el bien de todos, especialmente de las clases humildes. Podríamos hasta pensar que Franco había aprendido de primera mano lo que suponía una guerra y quería evitar ese mal a otros. Pero, no seamos ingenuos.
Algo habría de esos buenos sentimientos, por qué no pensarlo, pero también había cierta política y geoestrategia. Si la guerra se extendía al sur de Europa, España, en su peor momento, podría verse enlazando su guerra civil con un nuevo conflicto. La economía española estaba devastada, y una crisis internacional no haría más que empeorar los problemas españoles. Tan sólo habían pasado 5 meses desde el último parte de guerra, escrito también por Franco, que ponía fin a la Guerra Civil Española.
Y, por otr, también veía que una guerra entre países europeos podría dejarlos en una situación precaria que permitiría a la URSS ganar terreno e influencia. Estábamos, como decía, en los primeros días de la guerra y todavía faltaban meses para que la URSS se viera envuelta en ella.
Al día siguiente de aquel comunicado pidiendo la paz, Franco decretó la neutralidad española con el siguiente texto:
Constando oficialmente el estado de guerra que, por desgracia, existe entre Inglaterra, Francia y Polonia, de un lado, y Alemania de otro, ordeno por el presente decreto la más estricta neutralidad a los súbditos españoles, con arreglo a las leyes vigentes y a los principios de Derecho público internacional.
Parece que Franco era dado a estos escritos. Recuerden, si no, la carta de Franco que trataba, o no, de evitar el levantamiento