Entre noviembre y diciembre de 1872 Julio Verne publicó La vuelta al mundo en 80 días, por entregas. Poco después se lanzó como libro. La historia de Phileas Fogg es conocida por todos, aunque algunos que ya peinamos canas le pongamos cara de león a Fogg por unos dibujos animados. Poco después la vuelta al mundo en menos de 80 días de dos mujeres se hizo realidad como reto contra la historia de Verne.
La vuelta al mundo en menos de 80 días de dos mujeres, tenía el objetivo de hacerlo en el mundo real y batir a Fogg
En 1889 dos mujeres se propusieron batir en la realidad el tiempo que había hecho Fogg en la ficción. Esto es, dar la vuelta al mundo en menos de 80 días. No sólo competían contra lo que había hecho el personaje de Verne, sino que competían la una contra la otra. Por supuesto, la carrera fue narrada en los periódicos y revistas y seguida por un buen número de lectores. Es más, la carrera la promovían dos medios de comunicación.
De un lado estaba Elizabeth Cochran, aunque firmaba con el seudónimo de Nellie Bly. Esta mujer se había convertido en una periodista de investigación con cierto prestigio en su país, Estados Unidos. Había trabajado, como infiltrada, en un taller clandestino y en un sanatorio mental para escribir luego sobre esos lugares.
Bly propuso al editor de la revista New York World emular a Fogg. Por supuesto, el objetivo era conseguir hacer el viaje, la vuelta al mundo, en menos de 80 días. Su editor apoyó la idea y el 14 de noviembre de 1889 a las 09:40, comenzó su vuelta al mundo. Por delante tenía más de 40.000 kilómetros.
Cuando se enteraron en Cosmopolitan de la idea, se propusieron lanzar también a una de sus periodistas a la carrera por la vuelta al mundo. Por cierto, la revista Cosmopolitan, que hoy sigue siendo muy popular entre las mujeres, se publica desde 1886. La dama seleccionada por este bando fue Elizabeth Bisland, tres años más joven que Nellie Bly. Una tenía 25 años y la otra 28.
La ganadora tardó 72 días, 6 horas y 11 minutos en dar la vuelta al mundo
Mientras que Bly había ideado y preparado el viaje, Bisland tuvo que hacerlo todo con un poco más de urgencia. En tan sólo unas horas Cosmopolitan se decidió a competir con New York World, buscó a Bisland y la metió en un tren. El mismo día, el 14 de noviembre de 1889, comenzaban ambas a dar la vuelta al mundo, pero en sentidos opuestos.
Bisland abandonó Nueva York hacia el oeste en tren. En cambio Bly dejó la misma ciudad, Nueva York, pero en barco y navegando hacia el este. La carrera, como decía, fue retransmitida por los medios y las crónicas que enviaban Bly y Bisland se leían con interés. Incluso se hacían apuestas sobre quién llegaría antes y cuánto tardaría.
Hay algunas dudas sobre si todo fue juego limpio. Algún tren que no hizo las escalas que debía o algún soborno para que otro tren no saliera a su hora y esperara a Bly. En cualquier caso, después de recorrer 40.701 kilómetros, el 25 de enero de 1890, a las 15:51, Bly llegaba de nuevo al punto de partida y ganaba la carrera. Había invertido 72 días, 6 horas y 11 minutos en dar la vuelta al mundo.
Bisland tardó algo más, en concreto 4 días más que Bly en completar su recorrido mundial. Perdió la carrera, pero ambas ganaron fama y publicaron un libro sobre su viaje. Los títulos fueron La vuelta al mundo en 72 días, lógicamente el de Bly; y Un viaje volando alrededor del mundo, en el caso de Bisland.
Eso sí, se habrán dado cuenta de que ambas batieron el tiempo de Phileas Fogg, que según la novela de Verne fue de 79 días. Una aventura real que acabó, como la ficticia, contada en un libro.
Seguimos como en los últimos días hablando de mujeres decididas, como Elena Cornaro, la primera mujer en tener un doctorado universitario, y de viajes, como el Grand Tour, los viajes educativos antes del programa Erasmus.
Tengo un blog donde escribo historias de mujeres, pioneras, decididas, capaces de lo que se creía imposible. En uno de ellos escribí la historia del viaje de Nelly Bly, aunque sin la competencia con la otra mujer, deyalle que desconocía. Lo que sí incluía un hecho que falta en su texto: Que Nelly Bly se permitió el lujo de desviarse de su rumbo, para entrevistarse con Julio Verne. Repasaron sobre un mapa ambos itinerarios, el de la novela y el de Bly. Y Verne la preguntó por que no había pasado por India, a lo que Nelly contestó: «porque yo estaba centrada en llegar a mi destino lo antes posible y no en rescatar a princesas indias».
Gracias Carmen por añadir esos datos a la entrada. Buen punto el de las princesas indias, además de valiente parece que Bly tenía sentido del humor.
Saludos.