La sidra que salvó a los vascos

(Caza de ballenas)

El magnífico programa de radio Documentos RNE trataba hace unos días sobre los balleneros vascos, y se contaron en él cosas realmente interesantes. Ya en la Edad Media los vascos capturaban ballenas en el Golfo de Vizcaya, usando pequeñas chalupas y mucha valentía. Colocaban atalayas en la costa y cuando un cetáceo en plena emigración pasaba por la zona y era divisado, se daba la voz de alarma y se hacían al mar para capturarlo. El mercado del aceite de ballena era un negocio importante, y no sólo el resto de España se iluminaba con él, sino también parte de Europa.

Con el tiempo se comenzaron a organizar expediciones de captura hasta el otro lado del Atlántico, siendo Terranova el principal área de caza durante varios siglos. En ese caso los viajes duraban meses, requerían una preparación mucho mayor y, por supuesto, una cantidad de dinero considerable. Una cuestión que los vascos balleneros no sabían pero que seguro que les evitó muchas penurias fue su afición a la sidra. La dieta de los marineros era cualquier cosa menos variada y fresca, por lo que las enfermedades habituales de la marinería, como el escorbuto, también debían haberse cebado con ellos. Pero como los vascos solían llevar sidra para alegrarse un poco la vida en sus viajes hasta Terranova, esa sidra aportaba la suficiente vitamina C como para que fueran capaces de esquivar al escorbuto, aún sin saber por qué y con cierta alegría, todo sea dicho.

Uno de los problemas que causó el fin del negocio fueron las luchas internacionales de España, que acabaron por requisar barcos y por enfrentar los balleneros a naves inglesas, por ejemplo. Ya en 1531 hubo una expedición en la que los financiadores les encargaron a los marineros que de vuelta de Terranova, pararan en Irlanda, lugar que conocían bien. Allí debían preguntar contra quién peleaba Carlos V en aquel momento, si con los ingleses o con los franceses. Si era con los ingleses, debían ir a Francia a vender, y si la pelea del Imperio Español era con los franceses, debían ir a Bristol o Londres a colocar la mercancía.

Como decía, un programa muy interesante que les recomiendo, y no sólo esta semana marinera, sino todas, ya que todos los Documentos RNE son una maravilla.

Curistoria

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