Alan Turing, un gran corredor aficionado

(Alan Turing)

No voy a volver a contarles mi admiración por Alan Turing, pero sí vuelve a Curistoria para hacer buena la máxima latina Mens sāna in corpore sānō. No sólo fue un genio y un adelantado a su tiempo, sino que también fue un gran deportista. Adelantándose también a la fiebre actual por correr, fue un gran corredor aficionado.

Turing siempre fue un gran aficionado al deporte que solía ir en bicicleta de un lado para otro y que además jugaba al tenis, al hockey, navegaba… y cuando digo que solía ir en bicicleta, no sólo es que fuera de casa al trabajo y vuelta en bici, sino que en sus vacaciones recorría en largas giras Francia y Suiza. En una ocasión, cuando tenía algo más de veinte años, un equipo de campo a través le ofreció correr con ellos ya que les faltaba un hombre. Turing se apuntó a la carrera e hizo un papel memorable, y como si fuera Forrest Gump, comenzó y ya no paró.

Creció en él una afición un poco más seria por ese deporte, al running, como dicen en la actualidad. Se puso como objetivo correr una maratón y entrenaba seriamente como parte del Walton Athletic Club. Y no sólo entrenaba, sino que podemos decir que correr era su medio de desplazamiento habitual. Solía visitar un laboratorio que estaba en el norte de Londres, a unos veinticinco kilómetros del suyo, y tras ponerse la ropa adecuada corría esa distancia para realizar la visita. Cuando hablamos de ropa adecuada, hay que aclarar que se tratan de un par de pantalones de franela atados con una cuerda en la cintura. Hasta la casa de su madre había casi treinta kilómetros desde la suya y también los recorría corriendo, para visitar y comer con su progenitora.

Los periódicos de la época ya se hacían eco de la afición de Turing, comentando cuánto se alejaba dicha afición de los tópicos con los que cargan los científicos. Acabó en buenas posiciones algunas carreras e incluso estuvo en preparándose para optar a las olimpiadas, pero una lesión frustró el intento. En cualquier caso, Turing siguió corriendo como aficionado toda su vida.

Fuente: Alan Turing, de Jack Copeland

Curistoria

Entradas recientes

El origen del código de circulación y de la señal de stop

William Phelps Eno nació en 1858, tres décadas antes de que se realizara el primer…

7 horas hace

Historia de la guerra en infografías

Hay un tipo de libros que no solo se leen, sino que también se miran.…

1 día hace

Werwolf, el intento de los nazis de crear una guerrilla una vez perdida la guerra

En la primavera de 1945, cuando el nazismo boqueaba y los aliados avanzaban por territorio…

1 semana hace

Julián Romero, de tambor a maestre de campo de los tercios españoles

Julián Romero de Ibarrola nació en un pueblo de Cuenca llamado Torrejoncillo del Rey, en…

2 semanas hace

La hambruna española, de Miguel Ángel del Arco Blanco

Hoy les voy a hablar de un libro al que yo mismo podría haber aportado…

2 semanas hace

La Mona Lisa del Prado es la copia más antigua de la obra de Leonardo da Vinci

Son de sobra conocidos los problemas para ver el que quizá sea el cuadro más…

3 semanas hace