Contad los muertos, Rocroi y los tercios

(Rocroi, el último tercio, por Augusto Ferrer-Dalmau)

Hay algunos días marcados a fuego en la historia de España, y hoy vamos a hablar de uno de ellos, el día de la batalla de Rocroi. Bien harían ustedes en desconfiar un poco de la épica de la siguiente curistoria, pero también es cierto que ahí está y así es como se cuenta.

El 19 de mayo de 1643 el duque d’Enghien, al mando de las tropas francesas, destrozó a los tercios españoles de Flandes, cuyo mando a la sazón descansaba el portugués Francisco de Melo. Aunque derrotados sin paliativos, y quizás por dar pie a la épica de la que antes hablaba, cuentan las historias que los tercios lucharon aquel día como todos los anteriores, hasta el último hombre o hasta la victoria y con el arrojo del que prefiere morir a ser vencido. Y así fue, fueron vencidos tras ser muertos.

La caballería enemiga se coló entre las tropas imperiales y consiguió descomponer el ejército de Francisco de Melo. El famoso cuadro que solían formar los tercios en batalla, aguantó los envites en un primer momento, pero la artillería y la caballería francesas acabaron por dejar el suelo lleno de piqueros, arcabuceros y mosqueteros imperiales heridos y muertos.

Cuando terminó el combate, según parece, un oficial francés quería saber el tamaño de las tropas que habían combatido por ambos ejércitos para dejar constancia del dato en su narración de la batalla y le preguntó a un oficial de los tercios herido:

-¿De cuántos hombres se componía vuestro tercio?
-Contad los muertos.

Lo segundo, lógicamente, fue la respuesta del soldado español. Para cerrar la épica podríamos decir que el vencido exhaló tras pronunciar esas palabras…

Fuente: Museo del Ejército, de Juan Antonio Marrero

Curistoria

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  • Los cuadros de los tercios de Alburquerque, al menos dos de ellos, se retiraron honrosamente del campo de batalla contodas sus armas y banderas desplehadas, no lograron doblegarlos ni los cañones ni las cargas de caballería... y miren vuesas mercedes lo que pasaba un par de meses después, que menudo revolcón se llevó el francés a manos de los famosos tercios, pero eso, claro, no lo cuentan los franceses...

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