En 1966 se conocieron dos hombres, Ben Cohen y Jerry Greenfield, que más de diez años después, en 1978, comenzarían una aventura empresarial conjunta. En 1977 Ben fue despedido en la empresa de comida rápida en la que trabajaba y Jerry fue rechazado por segunda vez en el acceso a la universidad para estudiar medicina, lo que les dejaba libres.
Hicieron un curso por correspondencia de fabricación de helados, por el que abonaron 5 dólares de la época a la Universidad Estatal de Pensilvania, y listos para abrirse el camino con sus propias manos abrieron una heladería en Vermont, Estados Unidos, en una vieja gasolinera. Su producto gustaba y no tardaron en hacerse un hueco en el mercado local. Aquellos helados con grandes tropezones de chocolate, nueces o frutas eran un éxito. Su lema, personal y profesional, era: “Si no es divertido, ¿por qué hacerlo?”
Allí comenzó la historia de los helados Ben & Jerry’s, perteneciente hoy al gigante Unilever y que en 2006 facturó casi 40.000 millones de euros con casi 180.000 empleados. Un curso por correspondencia de 5 dólares fue la chispa que inició aquel fuego, avivado por el entusiasmo de Ben y Jerry, lógicamente.
Fuente: Ben & Jerry’s
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