
En las listas de los discursos famosos de la historia siempre aparece el discurso de Martin Luther King, pronunciado en la Marcha en Washington por el trabajo y la libertad, el 28 de agosto de 1963. Podríamos decir que Luther King improvisó el I have a dream de su famoso discurso, ya que tras prepararlo, comenzó a improvisar a recomendación de una de las personas que le acompañaba.
El discurso duró unos 16 minutos, y la famosa frase no fue pronunciada hasta el minuto 11, aproximadamente. Según algunas fuentes, Luther King no sentía la conexión con las 250.000 personas que lo estaban escuchando y decidió cambiar su plan. Cambió su guion y dejó a un lado lo que tenía preparado. Por otra parte, no sé si puede uno sentirse conectado a centenares de miles de personas cuando está hablando ante ellas. Debe ser complicado.
Luther King improvisó el I have a dream de su famoso discurso, y la primera vez que lo dijo fue Todavía tengo un sueño
Los días anteriores a esa fecha clave de agosto, Luther King preguntó a sus allegados sobre cómo debía orientar la exposición que iba a hacer ante el público. Algunos le pedían que fuera combativo, otros que fuera más moderado. Se tomaron ideas de unos y otros y se escribió un primer borrador por parte de uno de sus colaboradores. En esa primera versión no había rastro de la famosa frase del sueño.
El reverendo, al recibir el borrador, le echó un vistazo y no dijo nada. No hubo más interacciones o comentarios sobre el texto hasta que llegó el momento crítico.
La cuestión es que Luther King tenía un discurso preparado y comenzó a hablar basándose en él, casi palabra por palabra. Lo habían pensado y lo habían trabajado, pero no estaban saliendo las cosas como él esperaba. A pesar de las referencias bíblicas y religiosas, la gente no estaba entusiasmada a los ojos del ponente. No es que las cosas marcharan mal en el evento, ni mucho menos, pero él quería ir un poco más allá. Entonces Mahalia Jackson, que estaba cerca de él, le dio la pista que convertiría a aquel día en histórico.
La idea de hablar del sueño se la propuso Mahalia Jackson sobre la marcha
Mahalia Jackson era una cantante de góspel estadounidense, nacida en Nueva Orleans en 1911. Era una estrella de ese tipo de música, pero también era muy conocida como activista a favor de los derechos civiles. Fue ella la que le dijo: Martin, háblales del sueño. Y ahí cambió todo.
Sin duda, ese comentario de Jackson quiere decir que la idea retórica del sueño ya estaba en la cabeza del entorno de Luther King. De hecho, él ya la había usado en otras ocasiones, hablando en público. Hay que remarcar también que en cierta medida que la frase clave no fue I have a dream, sino I still have a dream. Porque Luther King dijo exactamente en esa parte improvisada fue:
I say to you today, my friends, that in spite of the difficulties and frustrations of the moment I still have a dream.”
Que podríamos traducir por:
Hoy os digo, amigos míos, que a pesar de las dificultades y frustraciones del momento sigo teniendo un sueño.»
Luego volvió con fuerza retórica sobre ese I have a dream. Con esas cuatro palabras comenzó las siguientes ocho frases, y ahí fue cuando se convirtió esta expresión en un mito y entró a formar parte de la cultura popular. Sin duda, acabó su exposición conectando con la gente que lo estaba escuchando.
Cinco años más tarde, el 4 de abril de 1968, Martin Luther King fue asesinado. Aquella gran dama del góspel, Mahalia Jackson, cantó en su funeral una canción titulada Precious Lord, take my hand.
Por cierto, esta historia me recuerda al conocido como Discurso de la Infamia de Roosevelt tras Pearl Harbor, donde se dio nombre al Día de la Infamia, también de un modo casi improvisado.