Sho-ka-kola, el chocolate con cafeína de los aviadores alemanes

Sho-ka-kola, el chocolate con cafeína de los aviadores alemanes

Un café expreso tiene, aproximadamente, unos 80 mg de cafeína, aunque supongo que depende del tipo de café y de la forma de prepararlo. Una lata de Red Bull, que tiene 250 ml, contiene esa misma cantidad, unos 80 mg. Sho-ka-kola, el chocolate con cafeína de los aviadores alemanes de la Segunda Guerra Mundial, tenía unos 200 mg de cafeína por cada 100 gramos de producto. Una auténtica salvajada.

Sho-ka-kola, el chocolate con cafeína de los aviadores alemanes se distribuía en la Luftwaffe como parte de la ración

Sho-ka-kola es una marca alemana de chocolates fundada en 1935. Mezclando cacao, café y nuez de cola, consiguen que su producto sea una auténtica bomba de cafeína, y eso es lo que la hacía diferente. Tan diferente que durante la Segunda Guerra Mundial formaba parte de las raciones que se le daban a algunos soldados para que su consumo los mantuviera alerta. Se usaba especialmente entre los aviadores, por eso se conoce como el chocolate del aviador (Fliegerschokolade). Hoy es popular por ese consumo de los soldados germanos y también porque sigue siendo un producto igual de peculiar.

Un año después de la fundación de la marca, ya se anunciaba en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 como un suplemento perfecto para dar más energía a los deportistas. Pronto saltó también al ejército alemán. Sus latas redondas son características y aunque actualmente el chocolate ya viene partido en triángulos dentro de la lata, como si fueran quesitos del trivial pursuit, en la Segunda Guerra Mundial el soldado tenía que partirlo él mismo. Es decir, podía elegir en cierta medida la cantidad de cafeína que ingería.

Piensen que muchas de las misiones aéreas eran nocturnas, y además suponían estar varias horas volando. Por eso, mantenerse despierto era a veces un reto importante y este producto era un antídoto contra ese mal. No sólo por el propio chocolate, que algo haría, sino por la cafeína. Aunque se suele asociar con los aviadores, también se distribuyó este chocolate a los tanquistas y en los submarinos, entre otros.

Todavía se puede comprar, por cierto. Sabiendo todo esto y que era muy utilizado por los aviadores de la Luftwaffe, quizás el verdadero producto que te da alas no es Red Bull, sino Sho-ka-kola. Es más, la marca de bebidas energéticas lanzó un producto similar a Sho-ka-kola, denominado Red Bull Fliegerschokolade. No sólo tenía el mismo formato, aunque menos cafeína, sino que como ven el nombre también recuerda al producto original.

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6 comentarios

    1. Hola, Lamastelle:
      efectivamente recomendaste un número de Champignac, relacionado con la máquina Enigma. Lo compré y lo leí, por cierto.
      Gracias de nuevo.

  1. Eso fue lo de menos. En la II Guerra Mundial anbos bandos comenzaron a drogar a sus tropas para que resistieran mucho más al sueño, hambre y cansancio. Los alemanes usaron una pastilla llamaba Pervitin, que era una metanfetamina; mientras que los aliados usaron preferentemente la benzedrina, una de las primeras anfetaminas conocidas; y que al decir de expertos era más dañina porque impide dormir, pero no evita el agotamiento. Sin embargo, la benzedrina incrementaba la agresividad y la confianza. Incluso hay pruebas de la cantidad de drogas que estaba estipulada para cada soldado que la ingería.

    Es harto conocido como las tropas estadounidenses en Vietnam recibían cada día su respectiva dosis de cocaína y su botella de licor, mientras que podían adquirir libremente opiaceos en las calles de Saigón.

    Una droga relacionada, la dextroanfetamina, volvió a hacerse popular durante la Guerra del Golfo en 1990-91, cuando la tomaron la mayoría de los pilotos de caza que participaron en los bombardeos iniciales contra las fuerzas iraquíes en Kuwait.

    Ahora, el Pentágono usa una nueva droga; se trata del modafinilo, un estimulante desarrollado originalmente en la década de 1970 para el tratamiento de la narcolepsia y la somnolencia diurna excesiva. En uno de los primeros estudios, el fármaco mantuvo alerta a la gente hasta 64 horas, y sus efectos se han comparado con los de beber 20 tazas de café.
    El modafinilo ya está ampliamente disponible en muchos países: su uso está aprobado por las fuerzas aéreas de Singapur, India, Francia, los Países Bajos y Estados Unidos.

    En Reino Unido, por su parte, una investigación del periódico británico The Guardian reveló que el Ministerio de Defensa adquirió una cantidad considerable del fármaco antes del inicio de la guerra de Afganistán en 2001; y en 2002, antes de la invasión de Irak, se hizo otro pedido.

  2. El autor prefiere responder un comentario marginal de Lamastelle; pero evade pronunciarse acerca del muy contundente comentario del otro forista, quizás por evitar molestar a alguien.

    1. Estimado Álex,
      respondo a lo que parece.
      No sé a quién podría molestar el comentario de José Gregorio o mi respuesta al mismo, si la hubiera hecho. Y si le molestara a alguien, sería su problema (del que se moleste, digo), no el mío.
      Dicho esto, sobre las drogas y los ejércitos ya he hablado otras veces:
      * https://www.curistoria.com/2016/11/el-gran-delirio-hitler-drogas-y-el-iii.html
      * https://www.curistoria.com/2015/04/la-metanfetamina-en-la-segunda-guerra.html

      Saludos.

      1. Sí, de la Segunda Guerra Mundial, y referidos a los nazis; pero hablamos de la situación posterior de parte de los EUA y de la UE, incluyendo la drogadicción inducida actual; no de historias pasadas.

        Tal vez un súbdito español tenga alguna aprehensión legal para comentar esa situación.

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