En 1832 dos primos, Édouard Daubrée y Aristide Barbier, crearon una empresa de producción de piezas de caucho. La hija del segundo de ellos, Adèle, se casó con un hombre llamado Jules Michelin. Los hijos de esta pareja, André y Édouard, se acabaron haciendo cargo del negocio y cambiándole el nombre a Michelin & Cie en 1889. Ahí arranca la historia del gigante Michelin. Hoy quiero contarles la curiosa historia sobre cómo el poeta clásico Horacio da nombre al Bibendum, el Muñeco de Michelin.
A finales del siglo XIX la empresa había evolucionado e innovado en el mundo de los neumáticos, en aquel momento para bicicletas. Su sistema permitía el cambio o reparación de los neumáticos en unos pocos minutos, algo mucho más eficiente que lo que ofrecía el mercado hasta entonces. Sin duda su historia es muy interesante, como el de otras muchas empresas históricas, pero no quiero pararme ahí hoy. Quiero hablar de su símbolo.
En 1898 crearon lo que hoy conocemos popularmente como el Muñeco de Michelin. Es un tipo orondo formado por neumáticos, que nació de una idea de los hermanos Michelin, pero que creó el artista Marius Rossillon, conocido como O’Galop. En la primera edición del Salón del Automóvil de París, celebrada en ese año, el muñeco se presentó en sociedad. Y fue todo un éxito.
El anuncio donde el muñeco se hizo popular es la imagen que acompaña esta entrada. En ella se ve a la mascota de Michelin, por llamarla de algún modo, bebiéndose un vaso de cristales. Venía a indicar que eso justo hacían los neumáticos de la marca con los cristales y los clavos de la carretera, se los bebían. Se los tragaban sin problema. Era una forma de dar a entender su resistencia.
El anuncio iba encabezado por el texto Nunc est bibendum, como pueden ver. Esta frase latina significa algo así como ahora es el momento de beber. Y no, no estaba Michelin haciendo apología del alcoholismo, sino de su resistencia a los problemas en la carretera. A su lado en la publicidad, otros invitados al convite, léase otras marcas, se desinflan.
Por ese primer cartel y esa frase se conoce al Muñeco de Michelin como Bibendum. La sentencia latina proviene de un verso de Horacio escrito para celebrar la muerte de Marco Antonio y Cleopatra. Si bien Horacio a su vez tomaba el verso de Alceo de Mitilene, que también lo había escrito para celebrar la muerte de Mirsilo, un tirano, en el siglo VI a. C.
En el siglo XX apareció en nuestro lenguaje, en el español, el uso de la palabra michelín para describir la lorza, el pliegue de la gordura en nuestras carnes. Parece que precisamente por lo orondo del muñeco de la marca de neumáticos. Si me permiten un chiste malo, en el caso de que la pancita cervecera, en lugar de michelín podríamos usar bibendum llamar a esos pliegues, por aquello del beber.
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Cito: " Si me permiten un chiste malo, en el caso de que la pancita cervecera, en lugar de michelín podríamos usar bibendum llamar a esos pliegues, por aquello del beber."; en realidad es malo por la pésima sintaxis del párrafo.
El verso latino completo es "Nunc est bibendum, nunc pede libero pulsanda tellus". Saludos.