Globos que desafiaron el asedio prusiano de París

Globos que desafiaron el asedio prusiano de París

París ha sido sitiado en varias ocasiones a lo largo de los siglos. Son los problemas de ser una ciudad que vale más que una misa. En el último de ellos los globos que desafiaron el asedio prusiano de París, sobrevolando a las tropas enemigas durante varios meses. He recordado esta historia leyendo el interesante y original libro titulado La maldición del Marqués de Sade, de Joel Warner, del que les hablaré en breve pero que ya les recomiendo. Ya les conté esta forma de burlar el asedio en globo hace 13 años, así que ha pasado tiempo suficiente como para volver sobre ella y añadir más datos a la historia.

Los globos que desafiaron el asedio prusiano de París permitieron las comunicaciones desde y hacia la ciudad

Entre septiembre de 1870 y finales de enero de 1871, los prusianos cercaron París y no dejaban entrar ni salir personas o suministros de ella. Los animales del zoo o los caballos de tiro se convirtieron en carne para el consumo, ante la escasez de otras fuentes más habituales. Tal era la desesperación de los asediados y lo complicado de la vida en París. Comunicarse con el exterior ya no era sólo recomendable, era necesario.

Afortunadamente un fotógrafo local, Félix Nadar, propuso usar los globos aerostáticos para burlar a los soldados prusianos que acampaban en torno a la ciudad y así escapar de ella o al menos enviar mensajes al resto de Francia. El propio Nadar tenía un globo, el Neptune, y lo ofreció como nave de lo que se denominó pretenciosamente como la Compañía de aeronautas número 1 de Francia.

En algunas fábricas de la ciudad y en las estaciones de tren, que no servían para mucho en ese momento, se hizo un esfuerzo importante cosiendo telas para fabricar nuevos globos, y efectivamente la idea funcionaba. Esas naves impulsadas por aire caliente cruzaban las líneas enemigas a tal altura que cualquier acción contra ellos era inútil. Los disparos de los prusianos no les alcanzaban. A cambio, el precio que pagaban los franceses en ocasiones no era bajo, porque gobernar los globos era complicado, y además en muchas ocasiones volaban de noche.

Los globos llevaban mensajes, hombres, palomas y un poco de burla para los enemigos

Los franceses aprovechaban el momento en que sobrevolaban a los prusianos para lanzar panfletos de dedicatoria al Kaiser y para burlarse de ellos. Además de esos mensajes contra los enemigos, en los globos salían de la ciudad mensajes y se preparaba el terreno para enviar luego mensajes desde fuera a la ciudad. Esto se hacía gracias a las palomas mensajeras que se llevaban en los globos y que más tarde volvían a París con mensajes. Miles de cartas fotografiadas microscópicamente volaron en paloma hasta su destino, que no era otro que los habitantes de París.

En enero de 1871 la artillería pesada prusiana acabó con la resistencia de la ciudad y París cayó. Hasta ese día habían escapado del asedio 67 globos aerostáticos, con bastante buen resultado. Si bien 5 fueron capturados por el enemigo y otros 3 se perdieron en el mar, el resto permitieron que más de 100 personas escaparan. Y 5 perros. Y 400 palomas, y dinamita, y millones de cartas. Un éxito, en definitiva.

Entre los que escaparon en globo estuvo Léon Gambetta, un político que acabaría siendo presidente del Consejo de ministros de la República francesa una década más tarde, en 1881.

No sólo por aire, también intentaron comunicarse con París por debajo del agua

Los globos fueron esenciales para que la ciudad se comunicara con el exterior, como hemos visto. Para la comunicación en sentido contrario, desde fuera de París hacia dentro, se utilizó el río Sena como canal de comunicación. Se fabricaron unas esferas de zinc huecas, en las que se introducía la carta o el mensaje que se deseaba enviar a París. Al norte de la ciudad, se arrojaban al Sena y se esperaba que la corriente las fuera arrastrando, rodando por el lecho del río hasta la ciudad.

Unas redes ya dentro de la ciudad, más allá de las líneas prusianas, debían capturar las esferas y por lo tanto los mensajes que llevaban. No hay constancia de que ninguna de las esferas llegara a su destino. Años después, en el fondo del río se fueron encontrando y recuperando todos aquellos mensajes dentro de las esferas. La idea parecía buena, pero no funcionó.

5 comentarios en “Globos que desafiaron el asedio prusiano de París”

  1. Entre septiembre de 1970 y finales de enero de 1871, los prusianos cercaron París…

    Pues burlar con globos de aire caliente a alguien con una maquina del tiempo tiene su mérito.

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