En la película Casablanca, de 1942, estaba de fondo la Segunda Guerra Mundial, estaba Humphrey Bogart, había un poco de espionaje y había algo de ajedrez, aunque fuera de pasada. Elementos que casi se repiten en la vida real del actor. Porque Humphrey Bogart jugó al ajedrez en la 2º Guerra Mundial hasta que el FBI se lo prohibió.
Rick Blaine, el personaje de Bogart en Casablanca, aparece en alguna escena jugando al ajedrez en su local, en ese Café de Rick (Rick’s Café Americain en la versión original). En la vida real el actor también era aficionado al ajedrez. Su padre le había enseñado a jugar en 1912, cuando tenía 13 años, y el juego caló en él. Cuando era joven y desconocido, no era extraño que visitara algunos clubs para jugar partidas con otros aficionados. Incluso ganó algún dinero jugando al ajedrez, antes de ser una estrella, disputando partidas en un salón de juegos con aquellos que se lo pedían. Cuando se convirtió en una estrella seguía jugando en sus ratos libres entre toma y toma y entre rodaje y rodaje. Se dice que la idea de que Rick jugara al ajedrez en la película la propuso el propio Bogart.
En 1918 se alistó en el ejército, pero la Primera Guerra Mundial acabó antes de que entrara en acción. En la Segunda Guerra Mundial el servicio que hizo a su país, Estados Unidos, fue de un cariz muy diferente y tuvo al ajedrez como protagonista.
Bogart jugó durante la guerra al ajedrez por correspondencia con los soldados que estaban en el frente o en hospitales. Esto ocurrió en 1942, en el mismo año en que se estrenó Casablanca. Ya saben, en el ajedrez por correspondencia, los jugadores van comunicando por carta su siguiente movimiento al otro jugador cuando les toca el turno. El movimiento se suele representar por una notación típica de ajedrez. Incluso hay plantillas ya preparadas para que uno pueda comunicar fácilmente los movimientos y seguir la partida.
Eso daba lugar a que las cartas tuvieran cosas escritas como e2-f3, que indica que la pieza de la casilla e2 se mueve a la f3. Las letras (a-h) indican columnas y los números (1-8) indican filas. Secuencias como esa las había por centenares o miles en las muchas cartas que iban y venían al frente en tiempos de guerra en torno a las partidas de ajedrez.
Un día de 1943 Bogart recibió una visita del FBI. Estos habían estado revisando y leyendo la correspondencia que iba al frente, y en ella estaban las cartas de Bogart. Cartas llenas de códigos de los que sospecharon los hombres del FBI. Sí, parecían cosas de ajedrez y de sus movimientos, pero aquellos códigos también podían ser códigos criptográficos que el FBI no sabía cómo interpretar. Sin duda el ajedrez y su notación pueden servir como método criptográfico. También podía ser cierto que aquella fuera la forma en la que Bogart ayudaba a su país en la guerra, haciendo más feliz el tiempo a los soldados. Pero ante la duda…
El FBI pensó que mejor no correr riesgos y no dio su brazo a torcer. Le pidió al actor que dejara de enviar cartas con esos códigos. En definitiva, que dejara de jugar al ajedrez por correspondencia con los soldados. Parece que Bogart hizo caso a la recomendación.
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De ser estrictamente ciertos los pormenores de esta historia; se revelan la ignorancia y estupidez de esos agentes del FBI porque la notación del ajedrez es sencilla y conocida, cualquiera la descifra; y bastaba con seguir la secuencia temporal de las respectivas notaciones de cada partida, para comprobar si eran jugadas reales y acordes con la situación en el tablero. Por otra parte, si las cartas eran entre Bogart y soldados estadounidenses ¿cuál era la actividad "sospechosa". Y, más fácil es pasar mensajes ocultos con frases convencionales. Torpe ejemplo de censura.
Se me había pasado contestarte, perdona. Es cierto que la notación es conocida, y también es cierto que cualquier texto sirve para ayudar a enviar mensajes, si uno quiere. No estuvieron finos, no. Pero al final el FBI hizo su trabajo, muerto el perro...
Un saludo.