Una bonita leyenda sobre el origen del ajedrez

Una bonita leyenda sobre el origen del ajedrez

Cómo y dónde nació el ajedrez o quién fue creador, sigue siendo algo bastante incierto. Es probable que tenga unos 1.400 o 1.500 años de existencia, pero los restos relacionados con juegos como él están tan repartidos que es complicado clavar una chincheta en un solo punto del mapa. Mucho antes existían juegos de tablero y juegos en los que se simulaba la guerra, pero el padre único, si lo hubo, sigue siendo un desconocido. Pero esto hoy nos da igual, porque lo que quiero contarles es una bonita leyenda sobre el origen del ajedrez.

Una bonita leyenda sobre el origen del ajedrez que arranca con la muerte de un príncipe indio

Conocía algunos fragmentos de la leyenda, pero ayer la leí completa en el libro Nieve negra, escrito por Jorge Benítez y editado por Libros de K.O. El subtítulo del libro es Dioses, héroes y bastardos del ajedrez, así que ya saben cuál es el tema de la obra. Benítez traza una historia, una leyenda, y seguro que hay otras, pero esta es buena.

Según cuenta, hubo una vez un monarca indio llamado Kadid que perdió a su único hijo en una batalla. A pesar de obtener la victoria para su reino, Kadid quedó atrapado por la tristeza y la melancolía de la pérdida. Después de años y de muchos intentos para sacar al rey de su depresión, llegó a la corte un brahmán que dijo que podría sacarlo de su apatía.

Le colocó delante de un tablero con 64 cuadrados pintados, y de unas figuras talladas, y le explicó al rey las reglas. Kadid, el monarca, se aficionó pronto al ajedrez, o como se llamara entonces, y toda su corte aprendió a jugar. El rey solía ganar, pero un día se vio encerrado por su contrincante en una esquina del tablero, durante una partida, en una posición comprometida.

Pensó mucho sobre cómo salir de la situación y se dio cuenta de que sacrificando una pieza importante podía cambiar el rumbo de la partida. Lo hizo así y diez movimientos después cantaba el jaque mate.

Lo que acababa de vivir sobre el tablero era lo mismo que había vivido su hijo sobre el campo de batalla real. Su único hijo murió, el príncipe se sacrificó por el bien de su bando, por la victoria. Aquel día el rey comprendió la grandeza de la muerte de su hijo y dejó atrás la tristeza y la melancolía.

La recompensa que pidió el brahmán por haber sacada al rey de su tristeza es una historia sobre el crecimiento exponencial

Como recompensa y agradecimiento, Kadid le prometió al brahmán que le daría cualquier cosa que este le pidiera. El brahmán le dijo que quería una cantidad de arroz calculada de la siguiente forma. En la primera casilla del tablero de ajedrez pondría un grano de arroz. En la segunda dos, en la tercera cuatro… y así duplicaría el número hasta llegar a cubrir las 64 casillas.

Esta historia de la progresión exponencial y las casillas del tablero del ajedrez es muy conocida, y a veces se habla de monedas, de granos de trigo o de cualquier otra cosa que parece insignificante en un primer momento. Por supuesto, el rey aceptó la petición, para darse cuenta más tarde de que la cantidad de arroz resultante era tal que imposibilitaba cumplir la promesa. Varios siglos de producción mundial de arroz harían falta para darle al brahmán lo que pedía.

Y esta es la preciosa leyenda sobre el origen del ajedrez que está en Nieve Negra. Algo habrá de cierto tras ella, alguna brizna, pero seguramente el ajedrez, un juego tan complejo, evolucionara poco a poco a partir de otros similares y el paso del tiempo fuera configurando lo que hoy conocemos. Es más, sigue avanzando y siguen apareciendo cosas nuevas en el mundo del ajedrez, como el ajedrecista de Torres Quevedo o la idea de jugar al ajedrez y correr a la vez, el invento de Turing. Por no hablar de Deep Blue y el papel de la computación en este mundo de blancos y negros.

9 comentarios en “Una bonita leyenda sobre el origen del ajedrez”

    1. Gracias Kaiser77 por comentar. Quizás la primera vez que la oí fuera en ese contexto (porque yo estudié ingeniería informática), pero no lo recuerdo.

      1. A mí me enseñaron eso en Elementos de Programación (¿Programación I?), en primero de Ingeniería Técnica en Informática de Sistemas.

        ¿Informática con página de curiosidades? Y después me llaman frikardo por escribir un libro de gráficas. Un día tienes que explicar que hace alguien como tú en un sitio como este jejejejej

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.