En la entrada anterior les comentaba cómo Japón planeó matar a Chaplin para provocar una guerra con Estados Unidos a la vez que asesinaban a su propio primer ministro. Al final de la entrada les decía que en 1936 se había repetido el intento de golpe. En este caso, no estaba Chaplin directamente implicado, aunque estaba de nuevo de viaje y había planeado una escala en Japón. Lo más impresionante del Incidente del 26 de febrero, como se conoce el hecho, fue que mataron al cuñado del primer ministro de Japón al confundir a uno con otro, y cómo escapó el primer ministro de su propia casa.
En el Incidente del 26 de febrero asesinaron al Señor Guardián del Sello de Japón
Todo ocurrió el 26 de febrero de 1936, cuando los nacionalistas japoneses lanzaron otro golpe para intentar conseguir acceder al gobierno. El plan incluía el asesinato de los más altos dirigentes del gobierno, incluyendo al primer ministro, el ministro de finanzas y el Señor Guardián del Sello Privado, entre otros. Este último, tenía como una de sus responsabilidades principales precisamente lo que indica su nombre, cuidar el Sello de Japón, el sello oficial del estado.
Lo más curioso de este hecho de 1936 es que hubo algún detalle que parece sacado de un película, y no sabría decir muy bien si de una comedia o de una película de acción. El Señor Guardián del Sello era Makoto Saito, que había sido almirante de la Armada Imperial y primer ministro. Aunque no estuvo en el cargo de Guardián del Sello mucho tiempo, porque fue nombrado el 26 de diciembre de 1935, dos meses exactos antes del día en que murió asesinado. Fue una de las víctimas del Incidente del 26 de febrero. Volvía de ver una película en la embajada de Estados Unidos cuando lo tirotearon.
Makoto Saito había sido el sucesor como primer ministro de Inukai Tsuyoshi, que como recordarán fue asesinado en el golpe de estado que tenía también como objetivo a Chaplin. En 1934 Saito dejó de ser primer ministro y este cargo pasó a Keisuke Okada. Les decía que en el levantamiento de 1936 había muchos objetivos, y Saito y Okada eran dos de ellos. El primero fue asesinado. El segundo, el primer ministro, se salvó de milagro.
Mataron al cuñado del primer ministro de Japón al confundir a uno con otro y el primer ministro real aprovechó el funeral para escapar
Los golpistas asaltaron la residencia del primer ministro Okada en busca de su objetivo principal, pero se equivocaron de persona. Confundieron al primer ministro Okada con su cuñado, el coronel Denzo Matsuo, y asesinaron a este, mientras que el otro salvó la vida al esconderse en el baño. Podría hacer un chiste sobre eso que siempre decimos los occidentales de que todos los orientales nos parecen iguales. Y es que mataron al cuñado, no a un hermano o a un familiar directo con el que podría tener parecido físico por parentesco. Mataron al cuñado pensado que era el primer ministro.
Pero aquí no acaba la historia. El entorno del primer ministro hizo entender a todos que los golpistas habían tenido éxito y que Okada estaba muerto. De esta forma, pretendían mantenerlo a salvo mientras el golpe seguí en marcha. Tan lejos llevaron el engaño que hasta se prepararon los funerales por el primer ministro, que era en realidad su cuñado, y gracias a ellos el primer ministro real consiguió salir de su casa sin que nadie se enterara.
Así, tres días después, el 29 de febrero, Okada salió caminando disfrazado detrás de la carroza fúnebre que llevaba su cuñado, y nadie lo reconoció. Siguió siendo primer ministro un par de semanas más, pero renunció el 9 de marzo.
Esta historia la conocí, por cierto, gracias a Un espía impecable, de Owen Matthews, un libro sobre Richard Sorge que les recomendé y recomiendo.