Criptografía

El proyecto Venona, el espionaje estadounidense contra los rusos que conocieron estos antes que la CIA

El Servicio de Inteligencia de Señales del Ejército de Estados Unidos, uno de los precursores de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), lanzó un programa secreto en febrero de 1943. Su denominación era proyecto Venona. La misión de este programa era examinar y explotar las comunicaciones diplomáticas soviéticas, además de otras labores relacionadas con el espionaje. El proyecto Venona, el espionaje estadounidense que conocieron los rusos antes que la CIA estuvo vivo décadas, y comenzó muy pronto.

Esta entrada, por cierto, proviene del libro Historia de la criptografía, que va desde la antigüedad hasta que los ordenadores abrieron una nueva época en esta disciplina.

El proyecto Venona, el espionaje estadounidense que conocieron los rusos antes que la CIA, arrancó

El plan era fácil para el Reino Unidos y los Estados Unidos: capturar mensajes soviéticos, habitualmente cifrados, y descifrarlos. No había acabado la Segunda Guerra Mundial y ya se estaba preparando la Guerra Fría que comenzaría técnicamente poco después. Los aliados siempre desconfiaron unos de otros en cierta medida, y entonces comenzaban a plasmarse en determinadas acciones.

Pasaron años antes de que los criptoanalistas estadounidenses pudieran romper el cifrado de lo que más tarde sería el KGB y comprometer la información de sus contrincantes en la Guerra Fría. Pero la información obtenida por Venona sí proporcionó a los líderes estadounidenses una perspectiva de los movimientos soviéticos. Además, los Estados Unidos obtuvieron información sobre los ciudadanos o incluso empleados del gobierno de Estados Unidos que colaboraban con el bloque comunista.

En 1995 se comenzó a desclasificar información relacionada con el proyecto Venona, abriendo el acceso a unos 3.000 mensajes de inteligencia soviéticos. Se comenzó por telegramas y otro tipo de comunicaciones que habían sido capturados entre 1939 y 1948 a los soviéticos. Aunque fue decayendo con el tiempo, Venona estuvo vivo durante mucho más tiempo. Una sonda directa al trabajo de espionaje y contraespionaje de los primeros años de la Guerra Fría, entre otros momentos.

El proyecto, en el que trabajaron de la mano británicos y estadounidenses, luchó contra los métodos de cifrados de los rusos. La mala utilización de la clave de uso único permitió a los criptoanalistas conocer los textos en claro. Lógicamente, en un volumen tan grande de documentos capturados hay información con diferentes niveles de importancia. No obstante, muchas de las comunicaciones importantes entre Moscú y sus hombres, espías o colaboradores en Estados Unidos, fueron interceptadas y descifradas.

Los rusos supieron de Venona gracias a Kim Philby y curiosamente Venona tuvo algo que ver en la caída de Philby

El proyecto Venona se mantuvo en el más alto secreto, aunque sí se compartió cierta información con los demás firmantes del Acuerdo UKUSA, en 1946. El grupo que se formó tras este acuerdo, conocido como Five Eyes, contaba con Estados Unidos, Reino Unido, Nueva Zelanda, Australia y Canadá. Estos países compartirían información de inteligencia de señales, SIGINT, pero siempre con muchos controles. Incluso dentro de las agencias de Estados Unidos con responsabilidad en seguridad nacional e internacional, el proyecto se mantuvo en secreto.

Hasta finales de 1952, por ejemplo, la CIA no fue informada de la existencia de Venona. Kim Philby es quizás el agente doble más famoso de todos los tiempos. En aquella época trabajaba oficialmente para el servicio secreto británico como agente del más alto rango. En realidad, servía a los rusos. Philby visitó Washington y, tras informarle de Venona, se le prohibió hablar de el proyecto con cualquier persona de la CIA. Por supuesto, la información sobre el proyecto secreto sí fue comunicada por Philby a los rusos.

Así, gracias a Philby y a algún otro agente soviético, los rusos tuvieron conocimiento pronto sobre Venona. En los primeros momentos de la Guerra Fría los rusos ya sabía que los criptoanalistas estadounidenses y británicos podían leer su correo, sus mensajes diplomáticos y de inteligencia.

Por cierto, que algo tuvo que ver el proyecto Venona en la caída de Philby. Gracias al proyecto se descifraron algunos mensajes que apuntaban a que había un agente doble en Washington. No era Philby, pero fue uno de los hilos por los que se deshilachó la cobertura de uno de Philby.

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