Los trabajadores de cuello blanco, en la jerga del mundo de los negocios, son los profesionales que trabajan en las oficinas, en trabajos administrativos, de ventas… sin mucho esfuerzo físico. Frente a ellos están los trabajadores de cuello azul, que sí trabajan esencialmente con las manos, en talleres, industrias y lugares semejantes. Los trabajadores de cuello blanco de IBM y sus trajes oscuros son uno de los casos paradigmáticos entre los primeros, porque era así, literalmente, su código de vestimenta.
Estas expresiones provienen del inglés: white-collar worker y blue-collar worker. El origen es muy antiguo y ya en los años 20 se usaba esa expresión en algunos periódicos. Lógicamente, los obreros usaban camisas con colores más oscuros, como azul o marrón, porque el sudor derivado del trabajo y las manchas se disimulaban más. Frente a esto, tener una camisa blanca, impoluta y planchada, era un símbolo de estatus, de otro tipo de trabajo.
IBM estableció el cuello blanco como norma de vestimenta obligatoria en la empresa, a mediados del siglo pasado. En el contrato de trabajo figuraba que los empleados debían llevar siempre camisa blanca, entre otras normas. Esta regla se relajó en torno a 1970. Y digo se relajó porque si bien entonces los empleados medios podían llevar camisas de otro color, los ejecutivos y directivos seguían obligados a vestir camisas blancas.
El cambio definitivo llegó en 1995, cuando se dio libertad también a los directivos. Por fin cualquiera en la empresa podía llevar una camisa del color que más le apeteciera.
Las reglas sobre el color de la vestimenta en IBM, no obstante, no paraban en el color de las camisas. Los trajes debían ser oscuros. Siempre. Y los zapatos no podían ser cualquier cosa. En 1995 The New York Times contaba la historia de un hombre al que en su primer día mandaron a casa para que se comprara unos zapatos nuevos y dejara sus mocasines fuera de su vestuario de trabajo. Tanto es así que en algún momento a la fuerza de ventas se la conocía como los guerreros de los wingtips, en referencia a sus zapatos.
En ese 1995 se determinó que los empleados de IBM (International Business Machines) podían vestir de modo informal. Por supuesto, que los trabajadores de cuello blanco de IBM pudieran llevar otros colores no hizo que los trajes oscuros y las camisas blancas desaparecieran al momento. Estas cosas, una vez que están en el tuétano de la cultura corporativa de empresa, son complicadas de mover.
Eso sí, IBM se mueve en el mundo de la tecnología y eso ayudó al cambio. Cuando pasaron los tiempos en los que IBM pensaba en que su mercado eran la grandes empresas, como contábamos en aquellas 12 predicciones sobre ordenadores poco acertadas, las cosas cambiaron.
Como si fuera una cosa mucho más seria, unos meses antes habían comenzado con vestir de forma informal sólo los viernes. Ese día de la semana se podía uno quitar la corbata y hasta combinar una chaqueta con unos pantalones de distinto color, sin vestir un traje oscuro de color uniforme.
Esto era, como hemos dicho, en IBM a mediados de los años 90. No se extrañen si les digo que en muchas empresas sigue esta costumbre de vestir traje, preferiblemente oscuro, con corbata, a diario. Lo viernes uno puede prescindir de la corbata. Al fin y al cabo, un uniforme como otro cualquiera.
En las mujeres las normas eran similares. Como siempre en los códigos de vestimenta profesionales, las mujeres gozan de más variedad, pero estaban obligadas a vestir un traje elegante o un vestido. Aquí las normas son más difusas, pero se habla de elegancia, así que mejor la discreción que llamar la atención. Con la libertad ellas podían llevar pantalones y zapatos planos.
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