Segunda Guerra Mundial

Canadá firmó en el lugar equivocado la rendición japonesa en la Segunda Guerra Mundial

Después de leer la curistoria de hoy seguro que no les dará tanta rabia la próxima vez que estén escribiendo un documento o rellenando un formulario a mano y se equivoquen. En 1945, Canadá firmó en el lugar equivocado la rendición japonesa en la Segunda Guerra Mundial. Nada más y nada menos que en el documento de rendición de Japón, que ponía fin a la Segunda Guerra Mundial. Y a partir de su error, todos los demás firmantes tuvieron que salvar la situación como pudieron.

Una vez cometido el primer error, el resto del documento se convirtió en un desastre

El 2 de septiembre de 1945, a bordo del acorazado USS Missouri, que había entrado en la bahía de Tokio unos días antes, se citaron los representantes de varios países para asistir a la histórica firma. La rendición de Japón ante las fuerzas aliadas daba por finalizada la guerra, casi un después del lanzamiento de las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki. No se demoró mucho la ceremonia a pesar de la trascendencia, de tener que firmar dos copias y del error del canadiense.

No fue cosa sólo de los estadounidenses y los japoneses, sino que había allí un muestrario de países. El coronel Lawrence Moore Cosgrave era el encargado de representar a Canadá en el evento. Canadá firmó en el lugar equivocado la rendición japonesa en la Segunda Guerra Mundial pero no se desechó el documento, sino que se enmendó malamente.

Cada uno de los firmantes tenía una la línea en el documento designada, para firma sobre ella. Viendo la imagen de arriba se hacen una idea clara de lo que hablamos. El canadiense, en lugar de sobre la línea, firmó por debajo de ella, ocupando el espacio que debía usar el francés. A partir de ahí, se descompuso todo.

Canadá firmó en el lugar equivocado la rendición japonesa pero no se imprimió un nuevo documento

Cada uno usó el espacio de otro después del error. El resultado, en un documento tan importante, hizo que los japoneses se quejaran. Aquello era algo importante y aunque era una formalidad, quedaban dudas de si debían volver a empezar desde cero. Entonces, el general estadounidense Richard Sutherland cogió su pluma y medio solucionó el desastre.

Tachó el texto identificativo del firmante que estaba impreso en el papel y, tras la tachadura, escribió con la pluma los datos adecuados, enmendando el desastre. O, más bien, aumentando el desastre. Con eso tuvieron que contentarse los japoneses antes de ser invitados a dar todo por finalizado y salir del buque norteamericano.

Según parece que la causa bien podría ser que el pobre coronel Cosgrave tenía una importante ceguera de un ojo. El documento, ya de por sí histórico, se convirtió en algo aún más histórico. Hoy se puede ver en un museo en Tokio, ya que la copia desastrosa era la destinada a los nipones.

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