El telegrama de agradecimiento de Nixon a Kennedy por parar su campaña

El telegrama de agradecimiento de Nixon a Kennedy por parar su campaña

Hace unos días veía en la cuenta de Twitter de Michael Beschloss el telegrama de agradecimiento de Nixon a Kennedy por parar su campaña, fechado el 30 de agosto de 1960. En ese año había elecciones en Estados Unidos y los candidatos eran ellos dos. Fueron las elecciones en las que la televisión dio la victoria a Kennedy, al menos en cierta medida. Es una historia muy conocida, esta de la presencia de Kennedy en el debate televisivo, pero aún así la comentaremos más abajo. En el telegrama, Nixon le daba las gracias a JFK porque este había parado su campaña para esperar a su oponente, que estaba lesionado y no podía moverse.

El telegrama de agradecimiento de Nixon a Kennedy por parar su campaña es algo que nos sorprende viendo la política actual

El 8 de noviembre de 1960 los americanos estaban llamados al voto. Como en este 2020. Ya saben, en Estados Unidos siempre celebran las elecciones en un martes y en noviembre. Nixon había prometido visitar los 50 estados durante la campaña, pero en agosto Nixon se golpeó la rodilla con la puerta de su coche y tuvo que parar. Tuvo tan mala suerte que la herida acabó infectándose. Aquello congeló la campaña del republicano mientras era tratado con antibióticos y guardaba reposo. Incluso llegó a estar hospitalizado.

Durante este tiempo, Kennedy no hizo campaña, o al menos la ralentizó en gran medida. Y es ahí cuando Nixon le envió el telegrama al que hacía referencia el tweet de Michael Beschloss. Por cierto, Beschloss es un escritor especialista en la historia presidencial de Estados Unidos. En su mensaje, fechado el 30 de agosto de 1960, Nixon agradece a Kennedy el detalle. El texto del telegrama decía:

Fue de lo más atento que me enviara un telegrama como el que envió. Espero que nunca tenga un accidente similar. Muy en contra de mi voluntad, estoy tratando de seguir las órdenes del médico. Espero estar de vuelta pronto en campaña. Sinceramente, Dick Nixon.

Sin duda es toda una deferencia por parte de Kennedy. Quizás fuera una acción más de imagen dentro la campaña, quién sabe. Pero también puede ser que Kennedy viera el proceso electoral como algo serio, y con la importancia suficiente como para no sacar ventaja de accidentes y de la mala suerte del contrario. Recuerden que un sólo voto, de un granjero de Indiana, llevó a Estados Unidos a la guerra con México unos años después. Las elecciones, como vemos, son algo importante.

El mítico debate televisivo en que Kennedy ganó las elecciones a Nixon el septiembre de 1960

Hablando del tema de los míticos debates en televisión de aquella campaña, hay que aclarar que todo había cambiado mucho en Estados Unidos. En 1950, el 11% de los hogares de ese país tenía televisión, pero en una década, en 1960, la penetración de la televisión había llegado al 88%. Se estima que dos tercios de los electores vieron el debate por televisión el 26 de septiembre de 1960. Era el primero entre candidatos a la presidencia que se televisaba. Y ese día cambió la historia de la política y de la televisión.

Kennedy se preocupó de entrevistarse con el productor televisivo del debate, para discutir sobre la posición de las cámaras y del diseño del plató. Nixon, que ya había superado la lesión de rodilla, no se preocupó tanto. Kennedy eligió un traje azul que contrastaba con el gris del fondo del plató y le favorecía. Nixon, en cambio, llevó un traje gris que lo mimetizaba con el entorno. Además, arrastraba el cansancio y el mal aspecto del tiempo pasado en el hospital. Prefirió no maquillarse, por lo que su barba incipiente a aquellas alturas del día no le favorecía, dando un aspecto poco cuidado, cansado y sudoroso.

Durante la transmisión, Kennedy miraba directamente a la cámara, hablando a los potenciales votantes directamente. Nixon, en cambio, le hablaba a Kennedy.

Tras el debate, los encuestados que había visto el debate por televisión pensaban que Kennedy había estado mejor. Les había convencido. En cambio, los que lo habían seguido por radio, muchos menos, elegían a Nixon como ganador. Nixon mejoró en los debates posteriores, pero ninguno de ellos alcanzó el número de espectadores del primero.

Kennedy ya le había ganado la mano y aquella noche del 26 de septiembre de 1960 encauzó su victoria. Llegó al debate ligeramente por detrás en las previsiones de voto y salió de él por delante de Nixon.

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