No es extraño que los inventos lleguen cuando uno está buscando otra cosa. Es como encontrarse un pequeño tesoro mientras uno va de camino a otro sitio. Ya lo hemos visto con William Perkin, el químico que invento los tintes sintéticos y se hizo millonario o la historia del velcro. Hay miles de casos, como cuando buscando la telepatía Hans Berger descubrió el electroencefalograma, que es lo que nos ocupa hoy.
Le llevó décadas de investigación sobre el cerebro llegar al punto final
Este alemán nacido en 1873, es considerado el inventor de la electroencefalografía, es decir, de la medición de la actividad eléctrica en el cerebro. Lo cierto es que él ya estaba investigando las reacciones del cerebro a determinados cambios en el cuerpo. Algunos naturales, como el cambio de ritmo cardíaco o la respiración, y otro no tan naturales, como la reacción frente a algunas drogas.
Durante años investigó este tipo de cuestiones, aunque sin mucho éxito, todo sea dicho. A comienzos del siglo XX ya estaba metido en estos estudios, pero no fue hasta después de la Primera Guerra Mundial, 1918, cuando comenzó a encauzar todo.
En 1924 por fin inventó o acabó de inventar el electroencefalograma. Todos hemos oído hablar de esta técnica médica y la tenemos en mente, nunca mejor dicho. Aunque sólo sea para saber que un encefalograma plano supone que no hay actividad en el cerebro, esto es, que hay muerte cerebral.
Buscando la telepatía Hans Berger descubrió el electroencefalograma, lo que le llevó a buscarla con más ahínco
Lo que buscaba Berger, en cambio, era otra cosa: buscaba cómo entender la telepatía. Al parecer había tenido alguna experiencia extraña y pensaba que la telepatía era posible, es decir, que dos personas se podrían comunicar sin hablar. De cerebro a cerebro, por algún tipo de onda o energía que estos emitieran y leyeran. Esa experiencia extraña había ocurrido cuando en un accidente que sufrió Berger, su hermana tuvo el presentimiento de que algo estaba ocurriendo, a pesar de esta a kilómetros de distancia. Aquello convenció al neurólogo alemán de que era posible la telepatía.
Con aquel convencimiento, estudio y estudio el cerebro y sus reacciones. Así Berger fue el primero en medir las señales eléctricas de nuestros cerebros. Esto no hizo sino aumentar su creencia en la telepatía. Siguió investigando e investigando, lo que le permitió seguir añadiendo descubrimientos a su curriculum. Por supuesto, ninguno relativo a la telepatía, lo que no evita que sus estudios fueran importantes. No estamos hablando de un cualquiera.
Durante tiempo se creyó que había sido purgado por los nazis, hoy se sabe que colaboró con ellos
Aunque se coloca el invento del electroencefalograma en 1924 y en Berger, como era de esperar, él caminaba a hombros de gigantes. Otros antes que él había dejado ideas, investigaciones e inventos que le ayudaron a conseguirlo. Todo se concretó en el 6 de julio de ese 1924, cuando registró las oscilaciones del cerebro de un chico de 17 años. Era un enfermo al que le habían realizado una trepanación decompresiva. Más tarde llegarían las pruebas con cráneos intactos.
El propio Berger apuntó en sus registros la palabra encefalograma para referirse a su trabajo. A pesar de la importancia del descubrimiento, el alemán aguantó 5 años sin hacerlo público. Probablemente, porque tenía aún dudas sobre lo que tenía entre manos.
El 1 de junio de 1941, se suicidó. Se ahorcó. Durante años se creyó que había sido purgado por los nazis, pero hace no mucho se descubrieron algunos documentos que indican que también colaboró con ellos. Principalmente en la esterilización de enfermos. Por lo tanto, parece que tuvo más relación con los nazis de la que se ha creído durante décadas.
En el episodio 5 de «Cosmos: Mundos Posibles» que recién acaba de terminarse de emitir cuenta la historia de Hans Berger. Con tu Curistoria complemento lo aprendido. Saludos desde Colombia.
Gracias por comentar, Germán. Un saludo.