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Las golondrinas del Patio de los Naranjos

(Patio de los Naranjos – Mezquita de Córdoba)

La catedral de Córdoba, conocida también como la Mezquita de Córdoba, es Patrimonio Cultural de la Humanidad y tiene siglos de historia, por lo que es lógico que nos preocupemos en la medida de lo posible por su cuidado y mantenimiento, aunque a veces con métodos un poco extraños. El Patio de los Naranjos forma parte del conjunto y es el centro de esta curistoria.

El arquitecto Rafael de la Hoz, natural de Córdoba, descubrió un documento del cabildo catedralicio en el que este, preocupado por el gran número de golondrinas que anidaban en el Patio de los Naranjos, explicaba cómo había tomado medidas. Los responsables de la catedral no veían adecuado que las aves anidaran en el lugar, por otro lado, sagrado para ellos. No sé muy bien si consideraban el hecho una falta de respeto por parte de los animales o si sencillamente era una cuestión práctica. Ya saben ustedes cómo son los nidos de las golondrinas y dónde suelen colocarlos.

Así, el cabildo organizó una ceremonia solemne en la que a viva voz se requirió a las golondrinas que abandonaran el lugar. ¿Y en qué idioma se dirige uno a esos animales? Pues en un primer momento usaron el latín, por ser el idioma eclesiástico por antonomasia y además un lenguaje casi universal. Pero no funcionó, quién lo iba a esperar. Las golondrinas siguieron allí.

Después de discutir y discutir, pensaron que quizás el error estaba en el uso del latín, porque quién iba a esperar que si a una golondrina un señor importante le dice que se vaya, esta no lo haga. El resultado de aquel debate fue volver a intentarlo, pero en esta ocasión usando el idioma arábigo para dirigirse a los bichos. No es mala idea, las aves estaban en la mezquita y no respetaban al cabildo, quizá fueran golondrinas infieles y entendieran únicamente el lenguaje arábigo.

Parece que no se tiene constancia del resultado de este segundo intento, pero estoy casi seguro que fue tan efectivo como el primero.

Fuente: La historia secreta de los edificios, de Ricardo Aroca

Curistoria

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