Los jardines de Felipe II
Felipe II, en los «pocos ratos» que le dejaba el gobierno del Imperio Español, disfrutaba enormemente de la caza, la pesca y en general de la naturaleza. Así, cuando decidió que El Escorial iba a ser el lugar destinado para la magna obra que sería su residencia, mandó que se incluyeron sitios de recreo para sus aficiones: estanques, zonas de caja, jardines, huertas… Todo aquello estaba destinado al rey y era un terrible delito pescar