Después de ser cónsul, Julio César fue procónsul con tres provincias bajo su mando: Iliria, Gallia Cisalpina y Gallia Narbonensis. Con esta posición comenzó una guerra de conquista. El senado no le había dado orden de llevar a cabo tal guerra y precisamente es aquí donde está el punto curioso. César únicamente fue de capaz de sacar adelante una propuesta suya en el senado en su tiempo de cónsul: “lex Iulia de repetundarum”. Esta ley prohibía a los procónsules de las provincias destacar tropas fuera del territorio que se le había asignado, sin contar con la autorización explícita del Senado.
Justo lo único que había aprobado César como cónsul lo incumplió más tarde como procónsul.
En el capítulo 15 de la quinta temporada de Los Simpson, Homer va al espacio.…
William Phelps Eno nació en 1858, tres décadas antes de que se realizara el primer…
Hay un tipo de libros que no solo se leen, sino que también se miran.…
En la primavera de 1945, cuando el nazismo boqueaba y los aliados avanzaban por territorio…
Julián Romero de Ibarrola nació en un pueblo de Cuenca llamado Torrejoncillo del Rey, en…
Hoy les voy a hablar de un libro al que yo mismo podría haber aportado…
Ver comentarios
Político a final de cuentas.
Me suena conocido lo de incumplir promesas. Como hemos escuchado hasta la saciedad "La Historia se repite" y, muchas veces, para mal.
Gracias por esos comentarios.
Saludos.
Llamadme tiquismiquis pero... el de la foto es Augusto, no Julio. :)
Nacho, de tiquismiquis nada, al Cesar lo que es del Cesar.
Gracias por el apunte. Supongo que me despisté al coger la foto.
Saludos.
Menos mal que encuentro a alguien que no mitifica a Julio César. En efecto, general romano amigo de enriquecerse (no fue el único) e inclumplidor donde los haya de las leyes de la República. Buen escritor pero cruel como era normal en la época, aunque también había sabios que hablaban de la virtus, pietas, etc. El que comenta "político a final de cuentas..." le diría "ser humano a final de cuentas". Contra la política y los políticos hemos vivido cuarenta años y no precisamente felices. Un saludo.
O sea el extremo opuesto de Arístides el Justo, que conocí en este blog, ja ja
Gracias por los comentarios.
Pretty, lo de "El Justo" fue casi excesivo :)