Durante la Segunda Guerra Mundial, la Fuerza Aérea del ejército de Estados Unidos puso en marcha algo así como ambulancias aéreas, que llevaban las conocidas como enfermeras del aire a bordo, para cuidar a los pacientes durante los peligrosos momento del transporte. También había médicos, por supuesto. Era una forma segura de trasladar a los soldados heridos desde el frente a hospitales bien equipados en la retaguardia.
Las ambulancias terrestres suelen llevar una enorme cruz roja pintada, indicando que son un vehículo médico, y esto las mantiene en cierta medida a salvo. Evita que sean atacadas. En el caso de los aviones esto no era posible ya que transportaban suministros militares además de heridos, por lo que no tenían nada que los identificara como una nave de transporte médico y, por lo tanto, podían ser atacados.
Esto hacía que el riesgo de ir a bordo fuese muy alto, y por ello las enfermeras y médicos que volaban en este tipo de misiones eran voluntarios. Se les proporcionaba entrenamiento para saber cómo actuar en caso de accidentes aéreos, y también para ser capaces de trabajar en altitud, conociendo los efectos de esta en los pacientes. Esta formación se hacía en el centro de entrenamiento Bowman Field, en Kentucky.
El número de soldados transportados con ayuda de las enfermeras del aire supera el millón, de los que menos 50 murieron durante el vuelo
Aunque ya habían participado en alguna misión en el norte de África a finales de 1942, fue en febrero del año siguiente cuando se graduó la primera promoción de enfermeras del aire o enfermeras de vuelo, como también se las conoce, dentro del ejército. A lo largo de la guerra, unas 500 sirvieron en 31 escuadrones diferentes de evacuación aérea. Más de un millón de heridos y pacientes fueron transportados con la ayuda de estas mujeres, y en su favor hemos de decir que tan sólo 46 de ellos (el 0,0046%) falleció durante el transporte.
En el otro lado de la moneda tenemos que 17 de esas 500 enfermeras (el 3,4%) murieron durante la guerra. La primera en morir en acto de servicio fue la teniente segunda Ruth M. Gardiner, cuando su avión sufrió un accidente. La teniente primera Aleda Lutz, que participó en la primera misión de estas enfermeras aéreas, fue la primera que murió en combate y recibió la Cruz de Vuelo Distinguida, el Corazón Púrpura y una Medalla del Aire con cuatro hojas de roble. El número de hojas tiene que ver con el número de horas en vuelo.
No sólo la fuerza aérea tuvo este servicio, sino que también la armada creó su escuela dedicada a formar personal para la evacuación en avión de heridos. Dentro del credo de estas enfermeras de vuelo decían: Utilizaré todos los recursos a mi alcance para impedir que la muerte triunfe sobre la vida; y también recordaban a Florence Nightingale.