La primera vez que escuché que la daga de Tutankamón estaba hecha de un material extraterrestre, pensé que quienes mezclan realidad y fantasía me estaban tomando el pelo. Pero resulta que es cierto. Aunque no suena tan raro si decimos que estaba hecha con el metal de un meteorito.
Cuando Howard Carter abrió la tumba del faraón más famoso, Tutankamón, y rompió las cuerdas que sellaban aquella puerta, encontró realmente un tesoro. Aquel hallazgo es uno de los descubrimientos más fascinantes de la historia de arqueología. Había de todo, desde los populares y pequeños ushebtis hasta una enorme estructura de contenedores que se componían como una matrioska, unos dentro de otros. Además de todo un ajuar funerario con carros, camas, joyas…
Entre los vendajes de la momia de Tutankamón había una daga, de unos 35 centímetro de largo. Lógicamente, un lugar muy especial, lo que le da una importancia de la que carecían otras muchas cosas, por más que hoy nos parezcan maravillosas. Es única y extraordinaria, como escribió el propio Carter. La empuñadura es de oro, pero su hoja está hecha de metal venido del espacio. El arqueólogo, en 1922, ya se dio cuenta de que la hoja tenía algo peculiar, porque brillaba como el acero a pesar del paso del tiempo.
Hay otros objetos de hierro en la tumba, pero ninguno estaba fabricado con la calidad que presenta la daga. Esto lleva a pensar que fue un regalo hecho al faraón por parte de otro pueblo que estaba más avanzado en esas técnicas. Hay más razones por las que los estudiosos afirman que se forjó fuera de Egipto. Según parece, podría haber sido un regalo hecho por el rey de Mitani, en lo que hoy sería el norte de Siria, al abuelo de Tutankamón, Amenhotep III. No olvidemos que Tutankamón vivió entre el 1342 y el 1325 antes de Cristo, así que el trabajo del metal no estaba igual de perfeccionado en todos los lugares.
Pero cuando decimos que el material de la daga venía de fuera, no nos referimos a fuera de Egipto, sino a fuera de la Tierra. Lo verdaderamente sorprendente es que ya en los análisis del material de la hoja que se hicieron en los años 60 concluyeron que el nivel de níquel que tenía indicaba que se debía haber forjado a partir de un meteorito. Es decir, que había caído del cielo la piedra con la que habían hecho la daga.
Hace unos años se volvió a analizar la hoja, con técnicas más modernas, y la conclusión fue la misma. Si bien el componente principal es el hierro, el porcentaje de níquel que lo acompaña apunta a un meteorito como materia prima. En los objetos metálicos producidos a partir de materiales terrestres, la cantidad de níquel no pasa del 4%, pero en la daga de Tutankamón alcanza el 11%. Este porcentaje, en cambio, sí es habitual en los meteoritos.
William Phelps Eno nació en 1858, tres décadas antes de que se realizara el primer…
Hay un tipo de libros que no solo se leen, sino que también se miran.…
En la primavera de 1945, cuando el nazismo boqueaba y los aliados avanzaban por territorio…
Julián Romero de Ibarrola nació en un pueblo de Cuenca llamado Torrejoncillo del Rey, en…
Hoy les voy a hablar de un libro al que yo mismo podría haber aportado…
Son de sobra conocidos los problemas para ver el que quizá sea el cuadro más…