Los científicos alemanes reclutados por Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial

Los científicos alemanes reclutados por Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial

Hay una broma que he leído en algún sitio que dice que, en los años 50 y 60, en los primeros años de la NASA, no se podía uno preguntar por qué muchos de los ingenieros hablaban con un acento raro. Con acento alemán, para ser más concretos. Es un chiste, o una broma, como decía, pero tiene su origen en lo que voy a contarles hoy. En la historia de los científicos alemanes reclutados por Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial. Por cierto, la NASA fue creada en 1958, así que sería más bien la NACA, su predecesora, donde comenzaron a trabajar.

Los científicos alemanes reclutados por Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial a través de la operación Paperclip tenían pasados oscuros en muchos casos

Nada más finalizar la Segunda Guerra Mundial los países más fuertes del bando aliado, Estados Unidos, Inglaterra y Rusia, se dieron cuenta de dos cosas importantes. Por un lado, que tras la guerra dejarían de ser amigos. Por otro, que en Alemania había un buen número de científicos e ingenieros que habría que contratar o poner de su lado a pesar de su pasado, en algunos casos claramente nazi. Dicho de otro modo, había talento alemán que era necesario y que, pensaban, mejor que esté en mi bando que en el otro.

En Estados Unidos se puso en marcha la Joint Intelligence Objectives Agency (JIOA), cuyo papel era exactamente ese, buscar científicos alemanes relevantes y llevarlos a Estados Unidos para que trabajasen para este país. Con este cometido concreto se lanzó la operación Paperclip. Por supuesto, sumarlos al bando occidental implicaba también que no ayudaran a los soviéticos.

Sobre el papel, los nazis más significados y activos debían ser excluidos del programa. Si habían cometido crímenes de guerra, tampoco eran válidos. Pero hubo casos en los que estos criterios de exclusión no se respetaron y no sólo se contrató a científicos e ingenieros con pasado nacionalsocialista, sino que incluso se borró u ocultó ese pasado oscuro.

El proyecto Paperclip fue un éxito, con más de 700 científicos reclutados y con algunos de ellos en los puestos más importantes de la agencias estadounidenses

El proyecto fue un éxito completo. Primero porque consiguió reclutar y llevar a Estados Unidos a unos cuantos relevantes científicos, y segundo porque en algunos de los proyectos más exitosos de este país en los años 50 y 60 participaron activamente y de manera clave esos científicos alemanes.

Uno de los nombres más destacados, quizás el paradigma de todo esto es Wernher von Braun, que fue clave en el programa espacial norteamericano. Volviendo al chiste del comienzo, sería uno de esos científicos que hablaban en la NASA con acento raro. Aunque se dice que se enroló en ella con remilgos, von Braun formó parte de las SS, lo que no impidió su exitosa carrera en América. Este ingeniero aeroespacial fue una pieza clave en el desarrollo de las bombas volantes V1 y V2 alemanas durante la guerra. En las décadas siguientes trabajó en los cohetes estadounidenses Saturno, uno de los cuales, el Saturno V, llevó al hombre a la luna por primera vez. Digo trabajó pero en realidad fue uno de sus líderes.

En ese proyecto del Saturno V también participó Arthur Rudolph, que llegaría incluso a ser el director del proyecto Saturno. En ese ámbito espacial también debemos incluir a Kurt H. Debus, que fue además el primer director del Centro Espacial Kennedy. La aeronáutica estadounidense debe mucho al físico Hans von Ohain y sus motores a reacción. Von Ohain fue director del Laboratorio de Investigación Aeronáutica de la Fuerza Aérea de EEUU. Como decía, no sólo contribuyeron de manera significativa al desarrollo de los proyectos, sino que en muchos casos alcanzaron puestos de dirección y de la máxima responsabilidad.

Por cierto, la primera foto tomada desde el espacio también tiene que ver con las armas nazis y con todo este reclutamiento de ciencia, proyectos y conocimiento alemán por parte de Estados Unidos.

Con el paso de los años el lado oscuro fue siendo cada vez más llamativo y generó algunas polémicas

Las contribuciones no estuvieron únicamente en el campo militar o aeroespacial. En medicina, química o física, también la aportación de estos alemanes fue notable. Por ejemplo, Hubertus Strughold fue pionero en las investigaciones médicas sobre cómo afectaría al cuerpo humano viajar al espacio. No en vano se le conoce como el padre de la medicina espacial.

En total se calcula que más de 700 científicos, junto con sus familias en muchos casos, fueron reclutados de manera más o menos secreta y discreta por los Estados Unidos. Los llevaron al otro lado del Atlántico y les dieron una nueva vida. Los soviéticos tuvieron una operación similar a Paperclip, la operación Osoaviakhim, y los británicos también, la operación Backfire. En 1962 la JIOA fue disuelta, dando por finalizada la pesca de talento en la Alemania que perdió la guerra.

En muchos casos, ya en los años 70 y 80, se volvió a investigar el pasado de estos científicos alemanes y, como era de esperar, hubo de nuevo polémica. Algunos de ellos eran buenos científicos, pero también se habían aprovechado de mano de obra esclava en sus proyectos en Alemania o incluso se les consideraba criminales de guerra. Sin duda, esta operación Paperclip y las vidas y contribuciones de estos hombres a la ciencia y la ingeniería del siglo XX son una historia apasionante. Increíble en muchos casos.

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