Música

No pagar unas copas cambió la industria musical

No pagar unas copas cambió la industria musical

Aunque mis gustos musicales son bastante eclécticos, hay unos cuantos grupos, compositores o cantantes que me gustan especialmente. Uno de esos grupos es The Blues Brothers, la banda liderada por John Belushi y Dan Aykroyd. En un momento de su película de 1980, dirigida por John Landis, se hacen pasar por otra banda para tocar en un bar de música country, el Bob’s Country Bunker. Esperaban ganar algo de dinero. Al final se bebieron en cervezas más dinero del que les iban a pagar y acabaron debiéndole dinero al propietario del local, Bob. Bien, esta curistoria de hoy me ha recordado a ese momento de la película. Ahora verán cómo no pagar unas copas cambió la industria musical.

En el número 1 de la Avenue Gabriel, en París, hay un local con una historia larga. Ha sido y es teatro, cine, sala musical y sala de todo tipo. Es el Espace Cardin, que en su tiempo era el Café des Ambassadeurs. Bien, pues un día de marzo de 1847 estaba allí Ernest Bourget, acompañado por otros dos, en concreto, Paul Henrion y Victor Parizot. Los tres eran compositores de música y estaban disfrutando del espectáculo y de la música, que a la postre era suya. O quizás no disfrutaban tanto. Bourget era parisino y había nacido en 1814, así que tenía 33 años y a juzgar por sus obras y colaboraciones, todavía su carrera no había arrancado.

No pagar unas copas cambió la industria musical en Francia, y la culpa fue de Bourget, Henrion y Parizot

La cuestión es que, tras escuchar su música en el local interpretada por otros y disfrutada por todos, los tres compositores se negaron a pagar. Habían hecho algunas consumiciones y en aquel momento pensaron que allí ellos habían trabajado y no estaban ganando nada. Habían compuesto una música que hacía ganar dinero a los músicos que la interpretaban ese día, al local donde se escucha, y además hacía disfrutar a la gente. Pero, a pesar de todo ello, los compositores no veían un franco.

La cuestión es que se plantaron y decidieron no pagar sus consumiciones para denunciar esa situación que, por mero sentido común, parece injusta. El dueño del local, que se beneficiaba de sus composiciones y no les pagaba nada cambio, fue retado de esa manera. Y como es de caballeros no llegar a las manos por el vil metal, y eso hay que reconocérselo, lo que ocurrió es que llegaron a los tribunales. El dueño del local contra los tres músicos.

El juicio lo ganaron los músicos y después de todo el jaleo se acabó creando la SACEM, esto es, la Sociedad de Autores, Compositores y Editores de Música de Francia. Aquí en España supongo que el equivalente sería la SGAE. Ese organismo galo se creó en 1851 y cambió la vida de muchos músicos, que han podido ganarse un poco mejor la vida gracias a su trabajo. Y todo, amigos, por negarse a pagar unas copas. Aunque en realidad la sustancia está en que se negaron a no defender sus derechos.

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