He leído hace unos días un magnífico libro sobre la Segunda Guerra Mundial, que en realidad es sobre las personas, sus vidas y sus recuerdos. Sobre los objetos anclan esos recuerdos en la vida de las personas. El autor arranca en un objeto concreto para narrar historias interesantes, originales y sustanciales. A veces el objeto es sólo la percha, como se dice en periodismo, pero en otros casos es parte nuclear de lo que se narra. El libro es El cuchillo de mi abuelo, de Joseph Pearson. Es un ensayo muy interesante y original.
El texto de Pearson es original y atractivo por varios motivos. Por la forma de escribir, muy directa y sencilla. Por la selección de las historias, por las reflexiones con respecto a determinados temas, porque cuenta cómo y por qué escribe cada historia… Como decía, a partir de un objeto se mueve la narración al pasado, a la Segunda Guerra Mundial, y se abre el foco para tratar otros temas. Pero también para tratar el presente, de cómo ven los protagonista lo que les pasó, y también sirve de excusa para que Pearson nos cuente cómo construye el libro con un tono muy periodístico en algunas partes.
Dentro de las seis historias principales del libro, está la de un cuchillo con una esvástica que era del abuelo del autor, que combatió en la guerra. También pasamos por el diario de un soldado alemán enamorado de una mujer francesa y escrito de una forma casi perdida. Un libro de recetas de la cocinera de la familia Goebbels, un instrumento musical de hace siglos que pasó por la guerra y se sigue usando al más alto nivel, una bolsita con unas fotos… Objetos con vida propia, en ocasiones. En otras, objetos que sirven tan solo de punto de partida para investigar, para conversar con quienes fueron sus propietarios.
El autor, historiador de origen canadiense pero que viene en Alemania, busca en archivos, lee, se documenta… pero también tiene la suerte de entrevistar a algunos supervivientes de la guerra que le cuentan su historia personal. A menudo estas historias personales nos dan, en mi opinión, una perspectiva más atractiva que largos y complejos volúmenes de historia, de la guerra y de lo que realmente pasó. Y digo suerte porque quedan pocas personas que vivieran la Segunda Guerra Mundial y tengan lucidez para contarla.
Por destacar algunos de esos testimonios, el abuelo de Pearson, poco antes de morir, grabó una cinta con su cinta con su historia. El autor entrevista también a un músico que formó parte de la Filarmónica de Berlín durante la guerra. De ahí sale una historia original y sorprendente, que es de mis favoritas. Una antigua vecina de Pearson pasó por un campo de internamiento y le cuenta una historia impresionante y conmovedora. En otro de los capítulos habla largo y tendido con la cocinera de la casa Goebbels durante la guerra.
La editorial Crítica, que ya les he contado otras veces que es una de mis favoritas, tiene una colección llamada El tiempo vivido. A ella pertenece este El cuchillo de mi abuelo. Esa colección busca, si no me equivoco, un acercamiento distinto a la historia, basado en visiones más humanas y más pegadas a las personas Esta obra de Pearson es un magnífico representante de ese espíritu. Una delicia que he disfrutado muchísimo y que estoy seguro de que les encantará.
La censura ha existido desde el principio de los tiempos, o al menos desde que… Leer más
A finales del siglo XIX, haber creado la tabla periódica permitió a Mendeléyev tener una… Leer más
El escándalo del Watergate tuvo lugar en los primeros años de la década de los… Leer más
Jacobo II fue rey de Escocia desde 1437 hasta su muerte en 1460. Había nacido… Leer más
Desde hace unas semanas podemos leer el último libro, hasta ahora, de Gabriel García Márquez.… Leer más
Don Alonso de Quijano perdió la cabeza por leer muchos libros de caballería. Ese es… Leer más
Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando este sitio web, aceptas su uso. Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta nuestra política
Más info