Hitler y Stalin, de Laurence Rees

Se han escrito muchos libros sobre Hitler y Stalin, sin duda. Tanto por separado, como alguno incluso comparando a ambos. ¿Tiene sentido uno más? Pues no podría dar una respuesta razonada, para ser honestos. Pero desde luego este Hitler y Stalin, de Laurence Rees, que se acaba de publicar, es un libro que merece mucho la pena leer. Se centra en la Segunda Guerra Mundial, en el momento en que sus vidas se cruzaron más estrechamente, y ese es quizás su gran acierto. Creo que sí, que este al menos tiene sentido.

Hitler y Stalin, de Laurence Rees, se centra en el cruce de las biografías de ambos con la Segunda Guerra Mundial

El libro de Rees es un repaso exhaustivo y documentado a cómo se comportaron Hitler y Stalin durante la guerra, y cómo la guerra evolucionó en base a sus formas de actuar y de dirigir. Ambos eran líderes con todo el poder y que admitían pocas palabras en contra, pero en el fondo la forma de manejar a su círculo más cercano era diferente. Para mostrarlo Rees recurre a muchos testimonios de hombres que estuvieron allí y los hila con los acontecimientos para construir una narración coherente e ilustrativa.

Como decía, si el libro fuera un diagrama de Venn, se centraría en la intersección de Hitler, Stalin y la guerra. Es decir, no se habla mucho de cómo llegaron al poder, por ejemplo, o sobre la guerra en el Oeste de Europa. En cambio, la invasión de Rusia es narrada de forma detallada, porque en ese tablero jugaron, metafóricamente, uno directamente contra el otro. Lógicamente son dos de los personajes más importantes de la Segunda Guerra Mundial, aunque curiosamente y a pesar de los pactos que tuvieron en algún tiempo, nunca llegaron a conocerse en persona.

Aunque el autor recurre a muchos testimonios de testigos directos sobre los personajes y sobre la propia guerra, en ocasiones estos son contradictorios. Ahí, Rees es honesto y expone unos y otros, aportando un cierto sentido crítico en base a su punto de vista.

En el libro son clave los testimonios personales, tanto de los cercanos a Hitler y Stalin, como de los hombres que sufrieron sus decisiones

Lo que menos me atrae de la Segunda Guerra Mundial es la propia guerra. No me interesan mucho las armas o cómo se desarrollaron las batallas desde un punto de vista militar. En cambio, lo que les ocurrió a las personas, las experiencias vitales, la diplomacia, las operaciones especiales y las acciones más concretas, lo que pensó cada cual sobre cómo irían las cosas, eso me interesa más. Y aunque hay guerra en el libro, hay mucho más de esto último. De esa visión cercana, de plano corto.

Y quizás sea por eso por lo que a pesar de la cantidad de información y de la densidad del contenido, el libro es tan atractivo. Uno se siente tocado de cerca, por ejemplo, cuando narra, en el capítulo titulado Hambre, lo que tuvieron que pasar los soldados y los habitantes de las ciudades rusas durante 1941 y 1942. Esos testimonios en primera persona parecen sacados de una película de terror. Y, como decía antes, es así como creo que se comprende mejor la guerra y lo que sintieron las personas. Y esto es más interesante que si el cuerpo del ejército XVII se movió al norte o al sur con éxito. Aunque esto último decida la guerra, lo otro es la guerra.

Y si hablamos de guerra es oportuno decir que algunas de las frases y actuaciones de 1939 y 1940 parecen sacadas de la actualidad, de la guerra de Ucrania. Es sorprendente y asusta, pero se podrían tomar frases de Stalin y Hitler y traerlas a la actualidad sin mucho problema, hablando además de los mismos territorios.

Laurence Rees, que es un autor muy conocido y que ha hecho muchos trabajos para la BBC, conoce bien esta época. Y como él mismo comenta en la introducción, ha recurrido a muchos testigos. Gran parte de ellos los ha entrevistado él mismo a lo largo de los años, especialmente en Rusia. El libro, editado maravillosamente por Crítica, como es habitual, es de los que hacen biblioteca, de los que pesan, como si el objeto fuera una metáfora de lo que contiene.

Curistoria

Ver comentarios

  • Aunque parezca mentira, las biografías de ambos personajes coinciden en muchos aspectos. Incluso, de ambos se dice que podrían haber sido descendientes de judíos. Lo cual resulta muy llamativo para unos personajes que persiguieron a los judíos.
    Ciertamente, Putin parece un alumno aplicado de Hitler, porque está haciendo unas cosas muy similares a las que hizo éste, antes de la II Guerra Mundial.
    Por lo demás, enhorabuena por este buen artículo.

Entradas recientes

Prusia persiguió el café para favorecer el consumo de cerveza, por dinero

En 1777, el rey de Prusia, Federico II el Grande, decidió que el café no…

3 días hace

Un veneciano, un austríaco y una explosión son los culpables de la ruina del Partenón de Atenas

El Partenón de Atenas se levantó entre el 447 y el 438 antes de Cristo,…

1 semana hace

Las categorías de las reliquias y el Santo Prepucio

Cuando Lutero se rebeló contra la Iglesia, una de las cuestiones que atacó fue la…

2 semanas hace

El invento de una madre en la Segunda Guerra Mundial, que acabó salvando el Apolo 13

La cinta americana, a la que los estadounidenses llaman duct tape, fue un invento que…

3 semanas hace

El amanecer de una nueva era, de Marina Münkler

El amanecer de una nueva era, de Marina Münkler (afiliado), es una historia del siglo…

4 semanas hace

María Estuardo fue descubierta por sus manos tersas cuando huía disfrazada de lavandera

En mi libro sobre la historia de la criptografía, cuento el final de María Estuardo…

4 semanas hace