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Piratas, de Peter Lehr

Hace unos años volvieron a las noticias las historias de piratas. En pleno siglo XXI casi sorprendía que se dieran abordajes y secuestros en los enormes barcos actuales, pero así era y así es. La cuestión es que si bien la piratería ha quedado enmarcada en la cultura popular por el caribe y los siglos XVI y XVII, es tan vieja como el mundo y tan universal como la codicia. Este libro que nos ocupa, Piratas, de Peter Lehr, tiene como subtítulo Una historia de los vikingos hasta hoy. Y ahí ya nos da una idea de su extensión temporal: hasta hoy.

Lehr busca las razones y situaciones que son constantes en la historia de la piratería, eliminando la épica y la aventura falsa que nos trasladan las novelas y las películas de esta temática. Aunque no deja de ser un género en sí mismo con obras como La isla del tesoro o toda la serie de Disney de los piratas del Caribe. Sin ir más lejos, Curistoria tiene una categoría entera sobre piratas.

Piratas, de Peter Lehr, es un libro distinto que, aunque se titula Piratas, en realidad es un libro sobre la piratería

A lo largo de los siglos, no son tan diferentes los motivos que llevan a los hombres, y mujeres, a pasar al otro lado. Los motivos por los qué surgen en determinados lugares los piratas, cómo y a quién atacan, dónde se protegen… todo esto se repite con sorprendentes patrones también entre occidente y oriente.

Estamos ante un libro distinto que, aunque se titula Piratas, en realidad es un libro sobre la piratería, y ese matiz es importante. No trata tanto sobre casos concretos y hechos particulares, que los hay en el texto, sino sobre esa actividad humana que aún perdura. De hecho, una parte relevante del libro se dedica a la piratería contemporánea que vemos en determinadas costas y mares de África de Extremo Oriente. Lehr es un experto en terrorismo y por lo tanto conoce bien esta situación.

Más allá del mito, y aunque hubo casos relumbrantes, lo habitual es que los hombres que llegaban a la piratería por buscarse un dinero rápido o salir de una vida miserable, acabaran sin esa vida, ni siquiera miserable, o se retiraran sin mucha ganancia. Muchas veces es una salida que ven ciertos grupos sociales a su desastrosa existencia, y si bien los excesos y la vicios empapan a los piratas, también lo son las penurias.

La piratería tiene un buen caldo de cultivo en aquellas partes de las costas en las que las jurisdicciones permiten ciertos vacíos o donde el poder oficial es débil. Por ejemplo, en el siglo XVI los portugueses controlaban la península de Macao administrativamente, pero las leyes que aplicaban sobre los ciudadanos chinos eran las de su país, lo que dio lugar un puerto pirata similar al famoso Port Royal. Un momento complicado y cierta facilidad para burlar la ley es un aliciente para la piratería.

Según la situación, los piratas han ido contra el poder oficial, han ayudado al poder oficial y se han hecho con un poder casi oficial

No son pocos los casos en los que una vez creada y alimentada la piratería, esta no se conforma con dominar el mar y salta a tierra. Se convierten en conquistadores o en ejércitos, a veces al servicio de un país, que llegan a atemorizar y controlar grandes territorios. Sirva como ejemplo que en el año 885 un ejército vikingo de 30.000 hombres, aunque esta palabra quizás no se puede aplicar a este caso, sitió París.

El poder de estos hombres del mar ha sido en ocasiones enorme. En ocasiones la piratería ha sido tan incapaz de contenerse por parte de los gobernadores, que hasta se ha prohibido el comercio marítimo. O se ha prohibido construir cerca de la costa. Dos decisiones extremas que intentan hacer bueno aquello de muerto el perro se acabó la rabia. Si no hay comercio marítimo, nada podrán robar los piratas.

En el libro se habla, cómo no, de los corsarios y, más allá de eso, de la relación de los piratas y corsarios con el poder de los países. Es interesante cómo los piratas eran menos piratas si eran nuestros piratas. Otras veces, eran ellos los que doblaban el brazo a un país y conseguían prebendas e incluso una amnistía que les permitían quedarse con todo lo robado, si enmendaban su vida.

Por cierto, este Piratas, de Peter Lehr está editado por Crítica, en pasta dura y ha sido traducido por Yolanda Fontal Rueda. Desde luego, una original y muy interesante forma de acercarse a la piratería desde un punto vista más histórico que épico, más real y menos legendario.

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