Juana de Arco, de Helen Castor

Juana de Arco, de Helen Castor

Que Juana de Arco y su historia son ya un mito de la cultura occidental, admite poca duda. Un personaje y unos hechos histórico que han dado para libros, canciones, películas… Y todo porque una niña se convirtió en un símbolo que, casi con su sola presencia, influía en batallas y en cómo actuaban determinadas personas. Este Juana de Arco, de Helen Castor, editado en España por Ático de los Libros, es un magnífico libro dedicado al personaje y su época.

Personalmente, siempre que oigo hablar de Juana de Arco me viene a la cabeza la canción de los británicos Orchestral Manoeuvres In The Dark, conocidos por muchos como OMD, titulada Maid of Orleans, esto es, la Dama o la Doncella de Orleans. Así también se conoce a Juana de Arco, porque su principal éxito fue la liberación del asedio de Orleans. Pero la protagonista de este libro de Helen Castor también ha inspirado a Giuseppe Verdi, a el maravilloso Piotr Ilich Tchaikovsky o a Ravel, por seguir en el mundo de la música. En la pantalla, en el arte, en la literatura… Juan de Arco tiene incontables homenajes. Pero lo que nos ocupa hoy es un libro de historia.

Y la parte histórica del libro va mucho más allá de la historia de Juana. Es más, diría que un tercio largo del libro cubre los años anteriores a la aparición de la Dama de Orleans, que entonces sólo era una muchacha de Domrémy. Aún no decía que oía a los santos hablar con ella. Y es que esas primeras décadas del siglo XV francés son una fantasía de acontecimientos. Casi hacer palidecer a Juego de Tronos.

Juana de Arco, de Helen Castor tiene tres elementos que lo hacen interesante: la propia Doncella de Orleans, la fantasía de acontecimientos del momento y la influencia de la religión en la historia

Juana de Arco

Los ingleses dominaban parte de Francia. Había dos reyes, uno inglés y otro francés, uno de ellos, Carlos VI, impedido mentalmente pero con un hijo. Había hombres mas poderosos que el propio rey y que luchan por el poder, como el duque de Orleans o el duque de Borgoña, Juan Sin Miedo. Facciones que cambiaban de bando, asesinatos traidores, batallas impresionantes… Como decía, una fantasía de eventos en medio de la Guerra de los Cien Años (que no duré 100 años). Una época fascinante que en este libro sobre Juana de Arco se narra bien y detalladamente.

Por eso, cuando aparece Juan de Arco en la historia, comprendemos ya el significado de ella, del momento y de los hechos que protagonizará. No hay que olvidar que entonces la religión era tema principal en la vida, a todos los niveles. Y ser el rey más cristiano podía determinar que uno fuera rey más tiempo, o que se acabara su viaje bajo la corona. Volveré al tema de la religión y la teología, porque ese el tercer punto que he disfrutado de esta obra de Helen Castor.

La historia de Juana de Arco es conocida. Una niña casi, sin experiencia militar, aseguró que oía voces que le decían que el delfín de Francia era el rey legítimo y que tenía que luchar para echar a los ingleses de Francia. Tras algunas pruebas y dudas, se aceptó su participación y con su presencia se liberó Orleans. Tras algún éxito más, la joven falló en la toma de París y poco después cayó prisionera del enemigo.

Fue juzgada por los ingleses y condenada a la hoguera por herejía. Cuando los franceses recuperaron el dominio sobre la mayoría de los territorios, unas décadas más tarde, fue juzgada de nuevo. Como era de esperar, esta vez salió absuelta.

Juana fue juzgada dos veces, primero por los ingleses y después por los franceses. En una es declarada cumpable y condenada, por lo que el segundo juicio fue post mortem

Tanto en la narración de los juicios como en el resto de la obra, los razonamientos teológicos que en la época se llevaron a cabo están presentes. Y esto es, como decía, otro aspecto interesante. Porque siempre son interesantes esos razonamientos. Más allá de las creencias de cada uno, entrar en ellos es como un juego de lógica construido sobre ciertas reglas como que somos instrumentos de Dios y del Demonio en su partida eterna de ajedrez. Esa partida de ajedrez que juegan sobre Francia, con ingleses y franceses (armagnacs y borgoñones) como piezas. Sin ir más lejos, una vez aceptada la misión de Juana por parte del delfín, el fracaso de la misma suponía que Dios estaba del lado del rey inglés.

Y todo esto, el momento en la Guerra de los Cien Años, la historia de Juana de Arco, los juicios y la lógica religiosa, están narrados con gusto por Helen Castor en este libro. La autora es historiadora y profesora en la Universidad de Cambridge, y está especializada en la Inglaterra medieval. Y el libro es entretenido, ilustrativo y muy claro a pesar de la complejidad de personajes, de la diplomacia, de los intereses de unos y otros… Una época apasionante, un personaje mítico y una buena narradora de la historia.

Que Juana de Arco ha sobrepasado su tiempo con creces, más allá de que la música, el cine y la literatura no puedan resistirse a ella, está en su santidad. La Doncella de Orleans fue quemada en Ruan el 30 de mayo de 1431. Casi cinco siglos más tarde, el 16 de mayo de 1920, Juana de Arco fue reconocida como Santa por la Iglesia.

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