El primer hombre al que mató un robot

El primer hombre al que mató un robot

Las tres leyes de la robótica de Asimov no son más que ideas. Por el nombre parece que son casi una ley física, pero no son más que una declaración de intenciones que no irá, llegado el momento, muy allá. Al fin y al cabo, si la industria del software lleva décadas luchando contra la piratería y no ha conseguido atajarla, ¿por qué iba a acertar con esto?. Hoy voy a contarles una curistoria sobre el primer hombre al que mató un robot. Ojo, nada de asesinatos ni de intencionalidad, pero, como veremos, podríamos decir que el robot incumplió las tres leyes de Asimov aquel día.

El primer hombre al que mató un robot era un trabajador de una fábrica de Ford

Allá por 1942 y como parte de un relato, Asimov dio a conocer sus tres leyes de la robótica. A saber:

  • Primera ley – Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, no permitirá que un ser humano sufra daño.
  • Segunda ley – Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la primera ley.
  • Tercera ley – Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o la segunda ley.

Más tarde se creó una cuarta, que se conoce como Ley cero: Un robot no puede dañar a la humanidad o, por inacción, permitir que la humanidad sufra daños.

En enero de 1979, en una planta de fabricación de la empresa Ford Motor Company, tuvo lugar el primer accidente en el que un robot causó la muerte de un hombre. El hombre se llamaba Robert Williams, tenía 25 años y trabajaba en aquella planta en Michigan.

El robot tenía como tarea coger piezas del almacén de la fábrica. Era algo así como un enorme brazo robótico de más o menos una tonelada de peso. Un problema hizo que comenzara a funcionar mal y al pobre Robert Williams le tocó hacer el trabajo del robot y coger las piezas el mismo. De repente, el robot se puso a funcionar y golpeó a Williams en la cabeza, matándolo al instante.

Tras matar a Williams, el robot siguió trabajando

Como si fuera una película de terror, durante media hora Williams estuvo muerto, en lo alto de una estantería, mientras el robot seguía trabajando como si nada hubiera pasado. De hecho, para el robot nada había pasado. Ya saben, el interesante debate sobre consciencia e intencionalidad. Apasionante. Pero volviendo a lo nuestro, al final echaron de menos a Williams en la fábrica y al buscarlo localizaron el cadáver.

Era el 25 de enero de 1979 y así se convirtió Williams en el primer hombre al que mató un robot. Después de él ha habido más casos, a pesar de que los robots, su software especialmente, es cada vez mejor y se construyen con más medidas de seguridad. No crean que digo esto como si fuera un ludita (¿o seria ludista?), que también muere gente conduciendo todos los días y eso no quiere decir que haya que acabar con los coches.

El fabricante del robot era Litton Industries y fue condenado 4 años más tarde a indemnizar a la familia de Williams. La cifra fue espectacular, 10 millones de dólares. Era casi una cuarta parte del beneficio de aquel año de la empresa. La justicia concluyó que la empresa no había implementado suficientes medidas de seguridad. Ford también tuvo parte de culpa.

De algún modo podríamos decir que aquel día de 1979 un robot incumplió las tres leyes de la robótica. Obviamente incumplió la primera, porque dañó a un ser humano. Lo mató. Incumplió la segunda porque debía hacer aquello para lo que estaba hecho, y el pobre Williams tuvo que intervenir porque no lo estaba haciendo. Es decir, el robot no estaba obedeciendo las órdenes que la habían dado sus fabricantes. Por último, la tercera ley dice que el robot debe proteger su propia existencia. En el juicio se determinó que le faltaban medidas de seguridad, así que apuesto a que el robot fue retirado de la fábrica y eso comprometió su propia existencia. Y, como decía, hizo todo esto, incumplió las tres leyes, sin saberlo.

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