James Joyce es uno de los escritores más importantes del siglo XX, a juzgar por el criterio de los expertos. Su nombre aparece prácticamente en todas las listas sobre el siglo, habitualmente por su obra Ulises. Otra de sus obras famosas, Dublineses, un clásico total, tuvo un camino muy complicado hasta el éxito. Es más, las malas ventas y la mala suerte del libro Dublineses de James Joyce son sorprendentes.
Dublineses es un libro de relatos que James Joyce comenzó a escribir en 1904, y en 1907 estaba prácticamente finalizado. Acabó publicado en 1914, diez años después del comienzo de su escritura. Encontrar un editor no fue fácil, como veremos, pero el arranque de ventas tras dicha publicación fue casi peor.
Joyce envió el libro a unos 15 editores. A algunos, varias veces. Hubo interesados, proyectos que casi llegaron a cuajar, editores que pidieron cambios a Joyce que no convencieron a este… Incluso en 1910 se llegaron a imprimir 1.000 ejemplares, pero el acuerdo entre el autor y el editor se acabó rompiendo por discrepancias sobre el texto y ese millar de libros acabaron en la hoguera. Literalmente.
En junio de 1914, por fin, la editorial londinense Grant Richards publicó los Dublineses. Ya había estado interesada 4 años pero no hubo acuerdo. En el contrato final de edición, el de 1914, se establecía que Joyce no cobraría nada por las primeras 500 copias vendidas. Además, Joyce se comprometía a comprar 120 copias de su propio bolsillo. Un comienzo, como vemos, poco exitoso.
¿Qué otra cosa ocurrió en Europa en junio de 1914? El asesinato del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo, concretamente en 28 de ese mes. Poco después, Europa se metía en la Primera Guerra Mundial. Recuerden, por cierto, que ya les conté la historia de aquel día sobre cómo un despiste al volante desencadenó una guerra. Supongo que algo tuvo esto que ver en el arranque lento de las ventas, por usar casi un eufemismo.
En ese primer año, en 1914, se vendieron 379 ejemplares del libro. Muy pocos para algo que luego se ha convertido no sólo en un long-seller, sino en un auténtico clásico mundial del siglo XX. Además, de esos 379 hay que recordar que 120 los compró el propio Joyce. En otros lugares he visto otra cifra, como en el libro Lo viral, de Jorge Carrión, donde sube la cifra de ventas de ventas de ese primer año hasta los 499.
También según Carrión, el año siguiente fue todavía peor. De hecho, fue muchísimo peor, ya que sólo 33 copias fueron vendidas. La tirada inicial fue de 1.250 copias, aunque la mala suerte de Joyce con su Dublineses hizo que 499 copias de esas 1.250 se perdieran en el camino a América. Esos 499 ejemplares viajaban a Nueva York a bordo del SS Arabic, que fue torpedeado el 19 de agosto de 1915 y acabaron perdiéndose en el agua. El submarino alemán U-24 hizo que esos ejemplares de Dublineses no se alejaran mucho de Irlanda porque el hundimiento fue a unos 80 kilómetros de la costa irlandesa.
Todo esto es todavía más curioso si tenemos en cuenta que en la actualidad una copia de aquella primera edición puede superar los 150.000 euros en una subasta.
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