El retrato de Ramón Masats a Franco

El retrato de Ramón Masats a Franco

Hace unas semanas estuve en Tabacalera, en Madrid, viendo una exposición del fotógrafo Ramón Masats. Es un fotógrafo barcelonés nacido en 1931, que además de premio nacional de fotografía y otros muchos reconocimientos, forma parte de nuestra cultura nacional. Aunque no lo sepamos. Son varias las fotos de Masats que cualquiera ha admirado, aunque no sepa que son suyas. No sólo es fotografía, es también historia. En la exposición de Tabacalera había escrita una anécdota sobre el retrato de Ramón Masats a Franco.

En 1963 estaba el fotógrafo trabajando en un encargo para unos arquitectos. Se trataba de unas fotografías para unas oficinas bancarias que se estaba remodelando en Huelva. Por entonces, según parece, estaba de moda hacer enormes ampliaciones de algunas fotografías, en formato mural, para decorar las paredes. El director de la sucursal dijo que le gustaría una foto de Franco. No una foto cualquiera, supongo, sino algo espectacular. Masats le dijo que él no tenía acceso a el Pardo para poder fotografiar de cerca a Franco. El director, que debía ser importante e influyente, le dijo al fotógrafo que de eso se encargaba él.

Parte de la España de mediados del siglo XX está en las fotos de Masats

Siempre es delicado hacer retratos de personajes importantes. Recuerden si no la historia tras la foto más famosa de Churchill. No están por la labor de hacerse esas fotos en algunos casos.

Una semana después Masats recibió una llamada de teléfono citándole en el despacho del dictador. Lógicamente, no le dijeron en el despacho del dictador, sino en el despacho del Generalísimo. Y claro, hay ofertas que no se pueden rechazar. Así que el barcelonés se presentó a la cita cargado con su Hasselblad, dispuesto a cumplir con el encargo del director bancario. Tras unos primeros disparos generales, según Masats, le propuso a Franco hacer un retrato más cercano, un primer plano.

El fotógrafo había ido ligero de equipaje, tan sólo con la Hasselblad y un fotómetro, y no tenía luces para montar una iluminación artificial. Por lo tanto, le pidió a Franco que se acercara a la ventana y comenzó a disparar fotos. Interrumpió varias veces eso disparos para medir la luz cerca de la cara de Franco y ajustar así la cámara. Franco le preguntó a Masats qué era lo que hacía y esto se lo explicó.

El retrato de Ramón Masats a Franco tuvo al propio Franco como ayudante del fotógrafo

Le dijo también que las nubes se movían y tapaban el sol unas veces, mientras que otras lo dejaban pasar sin problemas. Eso modificaba la luz, que era algo que influía mucho en la foto. Franco le respondió que no se preocupara, que él le avisaba de las nubes. Y así comenzó a mirar por la ventana, entre posado y posado, y a decirle a Masats que venían nubes o se iban. Que viene el sol. Pare un momento, que vienen nubes… así estuvieron un rato hasta que Franco se cansó de servir de pinche y modelo al fotógrafo y dijo que ya valía.

Las fotos de aquel día las envío Masats a Huelva, pero nunca se publicaron. No sé si usaron para la oficina bancaria tampoco. En julio de este año, precisamente en una entrevista en torno a la exposición en Tabacalera, dijo que el retrato de Franco es la única foto de la que no se siente orgulloso, pero admite que fue imposible negarse a hacerla.

De todos modos, no fue aquella la única foto que el fotógrafo le hizo al dictador. Hay una foto conocida de Masats, hecha en 1957, que muestra a Franco dando un discurso, aunque lo cierto es que no lo muestra. No se le ve la cara. Esa es la foto que acompaña esta entrada, la de 1957.

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