Pan y circo o, como decía Juvenal en Roma, Panem et circenses

Pan y circo, o como decía Juvenal en Roma, Panem et circenses
(Pan y circo, o como decía Juvenal en Roma, Panem et circenses)

No sólo se sigue usando esta expresión de pan y circo (panem et circenses) que creó el poeta Juvenal a finales del siglo I, sino que lo que denunciaba el clásico latino es hoy tan cierto y triste como entonces. Yo personalmente, estoy más convencido de ello. La idea de Juvenal era muy crítica con el pueblo de Roma y con los gobernantes o políticos que había entonces. Estos últimos compraban al pueblo con torpes y cortoplacistas ofrendas, librándose así de hacer cosas de mayor calado o verse fiscalizados. Insisto, no me digan que no seguimos en las mismas.

Hoy, 15 de marzo, y por lo tanto aniversario de la muerte de Julio César, recordamos a esos gobernantes romanos que organizaban entretenimientos para el pueblo y en algunos casos les regalaban comida. Atontar al pueblo con pan y circo, con comida y entretenimiento, no quiere decir que los gobernantes fueran malos en todos los ámbitos, sino tan sólo que no querían mantener a su pueblo de su lado por los métodos más simples y superficiales. Este tipo de políticas habitualmente genera problemas a medio y largo plazo, pero para entonces el político ya será otro. Lamentablemente, estos métodos también parecen ser los más efectivos. De esta forma, la gente quedaba cegada y los políticos se perpetuaban en el poder.

Las palabras exactas de Juvenal en su Sátira X, son las siguientes:

[…]desde hace tiempo, exactamente desde que no tenemos a quien vender el voto, este pueblo ha perdido su interés por la política, y si antes concedía mandos, haces, legiones, en fin, todo; ahora deja hacer y sólo desea con avidez dos cosas: pan y circo.

Grano gratis y los carísimos juegos circenses eran el precio. La annona era una entidad dentro de Roma que controlaba el comercio y distribución del trigo, principalmente. Desde este organismo, se combatían las hambrunas entregando grano a quien lo necesitara. Del loable afán para combatir el hambre, se pasó a ese casi chantaje que denuncia el dicho. Según parece, un tercio de Roma llegó a recibir trigo sin tener que pagar nada. Una vez echada la rueda a andar, nadie podía pararla, y más bien el contrario se fue agrandando. Por otra parte tenemos juegos, luchas, combates, festivales y teatros para que la gente se divierta y no pensara mucho. Estos vicios se perpetuaron durante siglos en Roma, pero también en otros lugares y épocas se ha hecho lo mismo, desde Otto von Bismark a Mussolini, por citar algún ejemplo.

En España, se dice que Jovellanos hizo la misma crítica que Juvenal, también de forma escrita y cambiando el circo romano por los toros. Pero el pan y toros no lo dijo Jovellanos, sino que proviene de un panfleto de tiempos de Godoy con el que nada tuvo que ver el escritor gijonés. Pero una zarzuela de 1864 pone en boca de Jovellanos esas palabras, con lo que el pan y toros es ya de Jovellanos para siempre, aunque no lo fuera.

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