(Pabellón central de las viviendas del familisterio) |
En la actualidad es muy habitual que las empresas construyan ciudades o campus para sus empleados donde estos pueden trabajar, por supuesto, pero también comer, ir al gimnasio, dejar a sus pequeños en la guardería, estudiar, visitar al médico, comprar… Esta idea no es nueva, ni mucho menos, y en algunos casos llega hasta a colocar viviendas cerca de las oficinas, destinadas a los empleados. En el siglo XIX un industrial llevó esta idea hasta el extremo, creando el familisterio.
Jean-Baptiste André Godin fue un industrial francés que generó una importante fortuna fabricando estufas de hierro. Nacido en 1817, sus pensamientos políticos se vieron influidos por el socialismo y decidió llevar su visión política a la realidad, a la práctica. La idea principal detrás de su concepción de la sociedad obrera y comunista fue el familisterio, inspirado por el socialista Charles Fourier y sus falansterios.
A mediados de siglo, entre 1856 y 1859, en Guisa, en el norte de Francia, comenzó a diseñar primero y a construir después casas para los trabajadores de su fábrica de estufas. Pero no era eso suficiente, el grupo trabajador debía ser un conjunto social autónomo y todo lo que puede necesitar y querer un obrero debía estar allí a su alcance: casa, educación, entretenimiento, alimentación, médicos, teatros… El familisterio era endogámico, por definición, y todos los que pertenecían a él tenían acceso a los servicios. En el máximo de la utopía, Godin esperaba que además todos se llevaran bien y se tuvieran respeto y amistad.
Los niños podían jugar en los patios centrales de los bloques de casa, cubiertos con cristaleras. Las familias vivían unas junto a otras en enormes corralas y eso debía promover que unos se ayudaran a otros y se conocieran. Cerca de un millar de personas formaban parte del familisterio. Por supuesto, las condiciones de trabajo en las fábricas de Godin también estaban en línea con el pensamiento socialista.
Godin acabó por ceder todo el conjunto, fábricas incluidas, a sus empleados, generando así una enorme cooperativa que era capaz de reinvertir lo que ganaba en mantener todo aquello. Había, no obstante, cierta organización social, con un director general elegido por la junta general de accionistas, y diferentes categorías de trabajadores, con distintas ventajas.
Godin falleció en 1888, pero el proyecto continuó de un modo u otro hasta 1968, cuando en junio de aquel año se aprobó su disolución, si bien es cierto que sus mejores años se extinguieron con la Primera Guerra Mundial.
(Jean-Baptiste André Godin) |
(La fábrica de estufas del familisterio, en torno a 1899) |
(Trabajadores y habitantes del familisterio) |