(Documento oficial sobre el descubierto de Hog) |
A comienzos del siglo XVIII, en Edimburgo, vivía un comerciante llamado William Hog. Como sigue ocurriendo en la actualidad, y ocurría antes de que el problema se le presentara a Hog, en ocasiones un comerciante necesita dinero que aún no tiene, para conseguir más dinero. Por ejemplo, necesita efectivo para comprar las cosas que luego venderá, suponemos que con algún beneficio. Ajustar ese flujo de cobros y pagos era una cosa delicada, y lo sigue siendo en la actualidad, donde la gestión de la tesorería es clave.
Por aquel tiempo había nacido un nuevo banco, el Royal Bank of Scotland, tan joven que sólo tenía un año de vida. Debido a ello, disponía de muchos fondos para prestar y pocos deudores, y no olvidemos que la fuente natural de beneficios es prestar dinero. En esos años en Edimburgo, un banco era capaz de conocer perfectamente el tipo de cliente que tenía en frente y quiénes daban garantía o avalaban a un solicitante de dinero, lo que era una gran ventaja.
El banco puso entonces un nuevo servicio en marcha, en 1728, un servicio que iba más allá de los préstamos habituales, que eran algo ya muy extendido. El nuevo servicio permitía a los clientes disponer de una pequeña cantidad de dinero en efectivo, más allá de lo que había en sus cuentas, como si realmente estuviera en estas. Dicho de otro modo, permitía a sus clientes entrar en números rojos, por supuesto, cobrando algo por ello. Hasta entonces, ningún cliente podía tener números rojos en su banco, ya que no podía sacar más dinero del depositado.
Así, Hog y el RBS crearon la posibilidad de descubiertos en cuentas, algo que se ha venido utilizando desde entonces. Y Hog tuvo el honor, o algo parecido, de ser el primer hombre en la historia en tener números rojos en sus cuentas bancarias, es decir, un saldo negativo en las mismas.
La imagen que encabeza la entrada, por cierto, muestra el documento original del banco en el que se recoge el permiso para que Hog entre en números rojos, en descubierto, en sus cuentas.
Fuente: Royal Bank of Scotland
Muy curioso. Muchas gracias.
Gracias a ti, como siempre.