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Quentin Massys, el herrero que se hizo artista por amor

La duquesa fea, de Quentin Massys
La duquesa fea, de Quentin Massys

Quentin Massys, que también verán nombrado como Metzys, Metsys o Matzys, fue un gran pintor flamenco nacido en 1466. Aunque su nombre no les suene en un primer momento, algunas de sus obras serán reconocidas por ustedes en cuanto las vean por ser referencia constante, lo que da una idea de su importancia. El amor obró el milagro de introducir a este hombre en el mundo la pintura, aunque la historia es tan sorprendente y bonita que bien podría ser una leyenda.

Siendo herrero, nunca había tenido contacto de primera mano con el mundo del arte y por su cabeza no había pasado siquiera la posibilidad de hacerse pintor. Entonces el amor se cruzó en su vida y se enamoró de una señorita que era hija de un pintor de Amberes. Este había dicho que su hija tendría que casarse con un artista, con un pintor como él mismo era.

Massys, pensando que quizás el camino más corto y seguro hasta su amada era introducirse en el mundo de la pintura, comenzó a dibujar y pintar. Después de un tiempo, llegó el momento de hacer la apuesta fuerte. Dibujó un retrato de su amada de memoria y con él debajo del brazo fue a casa de la chica para hablar con el padre de esta. Le presentó su obra y le dejó juzgarla con detenimiento. En un determinado momento, el padre dejó sólo a Massys y este pintó una mosca en el muslo de un angelote que había en la obra en la que trabajaba el propietario de la casa. Cuando este volvió a su lado se percató de la mosca sobre el angelote y trató de espantarla al tomarla por real.

Aquello convenció al padre de la amada de Massys a no oponerse al amor y por lo tanto reconocer a nuestro protagonista como artista. En su tumba en la catedral de Amberes se puede ver la siguiente inscripción: “Connubialis amor de mulcibre fecit Apellene”; lo que vendría a ser algo así como el amor verdadero convirtió al herrero en un nuevo Apeles. Un bonito final para una bonita historia que posiblemente tenga algo de adorno, sospecho.

Fuente: Anécdotas de la historia, de Pancracio Celdrán

Ver comentarios

  • Creo que ya dije esto en un comentario a otra entrada, pero si buscas "feo" en el Espasa, sale este cuadro que, desde luego, ilustra perfectamente esa palabra. Es tal espanto que ni te fijas en la florecilla que tiene en la mano...

  • Es cierto Duometri, no había visto la florecilla :) De todas formas, más que fea es la extraña mezcla de cara de hombre mayor con el ropaje de señora y demás. En cualquier caso, que Espasa la tome como ejemplo es un triunfo del autor, sin duda.

    Saludos.

  • Perdonad mi incultura, ¿pero quien Apeles, el que se cita en la lápida?

    Por cierto, yo tampoco había visto la florecilla!!

    Saludos,
    Vidia.

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