Su visión del mundo, común en parte de la sociedad norteamericana, ponía el trabajo en un lugar preponderante y consideraba que era la base del éxito y que si había suficiente trabajo, aquel llegaría de un modo u otro. En 1748 publicaba una obra titulada “Consejos a un joven comerciante” que exponía su ideario y trataba de ayudar a otros, más jóvenes, a alcanzar el éxito.
El primer consejo de todos era: “Recuerda que el tiempo es dinero”. Aunque la frase hoy se utiliza con varias connotaciones, Franklin quería decir con esto que todo el tiempo que uno pudiera dedicar a generar dinero y trabajar, era tiempo bien invertido. En cambio, cuando uno se apartaba de ese camino e invertía el tiempo en otras cuestiones, estaba perdiendo dinero.
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Un tipo con suerte, este Franklin. Al menos dos personas que intentaron después de él demostrar la causa de los rayos, con el mismo o parecido sistema que utilizó Mr. Franklin, murieron electrocutadas. Todas las personas que entienden un poco del asunto, coinciden en que tuvo mucha suerte al salir ileso del experimento.
No sabía yo eso, pero... la suerte también juega.
Saludos.
Buen artículo
hola buenas tardes a todos letores
Hola muy buenos días chicos del 4A
a kko le ustan las abichuelas